Capitulo 3: Creación de Afrodita

68 5 2
                                    


#Victoria

Camino rápidamente por el pasillo de la empresa de mis padre esperando alcanzar a Mateo mi técnico escurridizo, vengo hace días intentando encontrarle pero vaya que se me escapa de las manos fácilmente, ya en recepción logro verlo girándose para salir nuevamente y sin dudarlo grito su nombre, haciendo que varias miradas cayeran sobre él, el pobre muchacho al ser el centro de atención se acomoda las gafas con las manos temblorosa  caminando hacia mi.

—¿Que rayos haces? —me grita en voz baja, si no lo sabían si se puede gritar sin elevar la voz  no se como pero Mateo lo hace a menudo.
—Te necesitaba —digo encogiéndome de hombro—te vengo persiguiendo desde hace cuatro días y no logro encontrarte.
—No tengo la culpa de estar ocupado siempre —hace el mismo gesto que yo— pero no me deberías gritar en medio de la recepción  sabes que las miradas me incomodan y me ponen nervioso y cuando me pongo nervioso sabes que...
—Eres adorable —intento revolverle el cabello pero como siempre no puedo, ya que con su altura logra esquivar fácilmente.

Mateo lleva trabajando aquí hace como cuatro años desde que nos graduamos de la universidad, es muy bueno en informática que mi padre no dudo en contratarlo, y al ser como casi mi hermano contribuyo un poco.

 
—¿Dime que quieres? —y borde como siempre.
—Mi computador se apago de repente y no quiere encender, tengo que revisar las fotos para las revistas que se publicaran el martes, necesito con urgencias que la repares, sabes que las informaciones que están en ellas son confidenciales y ya sabes que...
—solo confías en mi —me interrumpe culminando la frase que llevo repitiendo casi tres años, pues desde lo ocurrido el sexo opuesto a diferencia de Mateo y mi padre me causan ciertas desconfianza —llévala al taller y ya sabes donde guardar, esta noche haré un hueco en mi agenda para repararlo ¿vale?
—¡¡Genial!! ¡te amo! —beso su mejilla para luego girarme bruscamente chocando con alguien que traía un buen de papeles en sus manos que salieron disparados por todos lados, cuando miro de quien se trata siento un escalofrió recorrer todo mi cuerpo ¿Qué carajos hace él aquí?
—¿Victoria? —escuchar mi nombre de nuevo en sus labios es repugnante, sin decir nada intento alejarme pero me detiene—Quisiera que hablemos —traga saliva, pero ¿será sínico el gilipollas este?
—¿Hablar? ¿después de tres años Octavio? ¿Es en serio?
—No me dejaste hablar contigo desde lo que paso...
—¿Y crees que después de tres años tendria ganas de hablar contigo? Pues vas de listo.
—yo sólo... quiero... saber ¿cómo estás?
—¿Qué cómo estoy? ¡pues perfectamente! ¿acaso no vez? —ironice dándome una vuelta—¿me vez? ¡Estoy estupenda físicamente! ¡Mas  que hace tres años cuando me arrebataste todo lo que tenía! ¡Cuando me arruinaste la vida! ¿No lo recuerdas?—mi voz se rompe, no quiero llorar frente a él pero verlo después de tres años causa en mi sentimientos raro como rabia y a la vez de nostalgia.
—Yo de verdad que...lo siento.
—¡No! No me vengas con eso, por que tú, tú no sientes nada Octavio—grito furiosa.
—¿Crees que no me duele a mi también?—su voz se escuchan temblorosa pero no me da lastima—¡Aurora también era mi hija!—estaba consiente que medio empresa nos estaba mirando pero en ese momento me importaba bien poco.

—¡No sentiste nada cuando la dejaste morir quemada!
—¡Me asuste joder! ¡Me asuste, entre en shock no sabia que hacer!
—Esa es la diferencia entre tu y yo Octavio,  ¡Yo hubiera dado la vida por ella!—siento la mano de Mateo en mi hombro, sé que estaba dándo un buen espectáculo en la empresa de mi padre pero no podía callarme, queria decir todo lo que llevaba año reprimiendo —¡No me hubiera importado meterme en el fuego por salvarla! Pero tú, tú solo saliste huyendo mientras las llamas consumía la vida de ¡Mí hija!

—¡¿Y crees que no siento remordimiento por eso?!

—Pues es el menor castigo que pudiste tener, la vida sique fue generosa contigo—escupí con rabia, su cara quedó colorado no se si es por furia o por que varias personas presenciaron aquello.
Y antes de que pueda contestarme de nuevo me aparto de él y camino hacía el ascensor con la frente bien en alta.
No iba a volver a sentirme vulnerable jamás, ya fui buena muchísimo tiempo y la vida solo me ha quitado todo, ahora solo me importa ver a mis padres felices, es la única razón por la que sigo con vida.

Cicatrices del PasadoWhere stories live. Discover now