Mientras volvía a casa en el coche, no dejaba de pensar que tenía que hablar con Juan, no podía seguir cerrando los ojos a lo evidente. Nuestro matrimonio hacía tiempo que no iba bien, y en algún momento tendríamos que enfrentarnos a eso y decidir que hacer. Pero seguir juntos, por pura inercia como habíamos hecho hasta ese momento no tenía sentido.
- Buenas noches - saludé al llegar a casa.
- Hola, llegas un poco tarde.
- Sí, hubo un accidente y había atasco. ¿Qué hay para cenar?
- Pizza.
- Bien.
Cenamos como cada noche, los tres juntos y después de acostar a la niña, me senté en el sofá junto a Juan y entonces le dije:
- Tenemos que hablar.
- Sí - respondió como si estuviera esperando que aquel momento llegara.
Le miré fijamente y empecé a decirle:
- Creo que nuestro matrimonio está... - no sabía como decirlo, no encontraba las palabras.
- Acabado, dilo así Sara, no tengas miedo, está acabado, hace tiempo que solo nos tratamos como si fuéramos simples amigos que comparten piso.
- Sí, además, sé que tienes una aventura con tu secretaria desde hace mucho tiempo - le dije.
- Pues sí, y sé que quizás debería habértelo contado, pero...
- Nos hemos acomodado en esta situación porque nos sentíamos cómodos, creo - dije yo - pero creo que es hora de enfrentarnos a la verdad. Además he conocido a alguien con quien estamos empezando algo - le dije.
- Bien, me alegro por tí - dijo él con cierto halo de tristeza en su voz.
- Tendremos que decírselo a la niña.
- Sí y creo que será mejor que yo busqué un lugar donde quedarme.
Al final lo que hasta ese momento me había parecido que iba a ser un momento difícil, no lo fue tanto, creo que ambos teníamos ya asumido que tarde o temprano tendríamos que ponerle fin a aquel fracasado matrimonio.
Al día siguiente en la academia cuando Víctor llegó me saludó y me miró expectante, yo también le saludé. Y durante la tarde, coincidimos en la sala de descanso, él se estaba tomando un café con otro profesor. Pero Víctor le dijo algo al otro profesor al oído y este salió dejándonos solos.
- ¿Cómo va? - me preguntó.
- Bien.
- Tenía miedo que no quisiera hablar conmigo hoy.
- Ya, pero no es así. Lo que me dijiste ayer, de vivir esto y que no te volviera a ignorar, que no me arrepintiera, me hizo pensar y cuando llegué a casa decidí hablar con mi marido. - Le expliqué - nuestro matrimonio hace tiempo que está roto, aunque nosotros tratábamos de ignorarlo, de hacer como si no fuera así. Así que ambos decidimos coger el toro por los cuernos y vamos a separarnos.
- Bien, me alegro por tí.
- Ya. Además, quería darle una oportunidad, a lo que hay entre nosotros. Qué como tú dijiste no sé donde nos va a llevar, pero, creo que merecemos vivirlo.
Y entonces, me cogió repentinamente por la cintura y me besó apasionadamente.
Sin duda, empezaba algo que no sabía a donde nos iba a llevar.
________________________________________________________________________________
Puedes leer más relatos y estar al día de todas mis noticias y publicaciones en mi blog: https://relatoserotikakarenc.blogspot.com/
+
Y también estoy en Twitter: https://twitter.com/erotikakarenc
YOU ARE READING
Mis relatos eróticos
RomanceAlgunos de mis relatos eróticos, en los que podrás encontrar mucho erotismo e historias románticas. El primero NO TE ARREPIENTAS, trata sobre como Víctor y Sara se enamoran a pesar de la diferencia de edad entre ellos.