XXXVIII. ¿Me escuchas?

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Alessandro había pedido que la cena se sirviera en la terraza pues el cielo estaba despejado.

La señora Styles bajó junto con Harry, después se unieron Marcell y Camille.

-Usted es bienvenida aquí el tiempo que guste, señora -dijo Alessandro para después tomar la mano derecha de Anne y depositar un pequeño beso en ella.

-Muchas gracias, querido.

-Harry, Camille -llamó-. Él es Marcell -lo presentó-, está aquí para que se midan lo que usarán en el festival y ver si se tiene que hacer algún ajuste.

-Perfecto -respondió Camille.

-Bien, pasen a cenar conmigo, por favor. Pónganse cómodos.

Era una mesa redonda de una madera muy fina con sus sillas a juego.

Harry se sentó a un lado de su mamá, Camille estaba dispuesta a sentarse del otro lado pero Alessandro ganó el lugar por lo que le quedó sentarse frente al alfa.

Pasaron una cena agradable.

La mañana cayó muy de pronto, se sintió muy rápida que no dejó descansar como es debido.

Louis salió en el coche de Danielle rumbo a la dirección que había enviado Verónica.

Beachwood Caffe.

Tardó más de una hora en llegar, estaba bastante retirado de la casa Howard.

Al entrar a la calle se percató que era muy poco concurrida y se extrañó. ¿Era la dirección correcta?

Estacionó. La calle seguía vacía.

Entró al local, tenía un ambiente hogareño. Dentro buscó con la mirada a Verónica, la vio a unos metros y decidió acercarse.

-¡Lou! -exclamó totalmente encantada al verlo venir.

-¡Verónica! -Louis llegó donde la omega y la abrazó, un abrazo fraterno.

-No sabes cuánto he esperado verte, ha pasado tanto que quiero contarte -comentó la omega mientras ambos se sentaban en el sofá.

-Claro, yo también lo he esperado sonrió.

-Te cité aquí porque no he tenido tiempo de arreglar el nuevo departamento que tengo, me la he pasado muy atareada.

-Yo entiendo, querida. Es muy bonito este lugar, me gusta, me hace sentir como en una sala de hogar.

-Trabajo aquí los domingos a las mañanas, sé que no es muy concurrido entre semana.

Pidieron café, conversaron. Verónica le contó cómo le había ido después de aquel suceso, le dijo que en el proceso había encontrado a alguien, una beta, se conocían desde antes y ya se habían comprometido.

La omega estaba por completar su proceso de transición, su cirugía de resignación de sexo estaba programada para después de su boda.

Verónica empezó a notar de poco lo que pasaba con Louis sólo que no se animaba a preguntar, no quería ser indiscreta.

Todo se facilitó cuando Louis, en uno de esos momentos en los que su cuerpo deja se responder, momentáneamente, su brazo quedó sin fuerza y su taza se ladeó provocando se manchara el hodie que llevaba puesto.

-Quítatelo -sugirió la omega-. O ¿no tienes nada debajo?

-Sí, tengo una camiseta.

Louis se sacó el hodie, debajo tenía una de sus camisetas hombreras características de su estilo.

Our Little SecretWhere stories live. Discover now