𝐒𝐎𝐂𝐈𝐎𝐏𝐀𝐓𝐇 - luke hemmings

a kiss

La castaña ahora experimentaba emociones nuevas. Incluso se cuestionaba la relación que empezaba a tener con Luke.

Hazel nunca había conocido a una persona tan persistente, arrogante, ególatra y autoritaria. Después de aquel encuentro en el pasillo, los alumnos empezaban a murmurar que Luke Hemmings ya tenía nueva conquista, y si bien no era sorpresa, lo que si desencajaba en aquella oración era de quien se trataba: Hazel Bennet. ¿Cómo era posible que una chica casi invisible fuera vista con alguien como Luke Hemmings? Nadie parecía entenderlo, y mucho menos podían creeerlo. El resto de la jornada escolar fue un martirio para Hazel, todos parecían tener el derecho de hablar sobre ella. Sonó el último timbre que anunciaba el fin de las clases del día, finalmente Hazel podía ir a descansar de los estúpidos rumores que habían nacido de aquella escena con Luke. En retrospectiva, la molestia de la castaña no era que hubieran rumores o que hablarán de ella. No, claro que no. Su molestia era que lo decían sin importarles que ella estuviera cerca y pudiera escucharlos.

— ¿Desde cuándo sales con Luke, Bennet? —la interceptaron dos chicas. Hazel las reconoció, eran del grupo de porristas—.

— No salgo con Luke.

— No tienes que mentirnos, Hazel. —habló la otra chica sonriéndole cínicamente.

— Les estoy diciendo la verdad. —contestó irritada— Ahora, si me permiten, quiero irme a casa y ustedes lo hacen más difícil.

Aquellas porristas quedaron insatisfechas con la respuesta de la castaña, así que sin pensarlo, volvieron a interceptar a Hazel.

— ¿Nos quieres ver la cara de estúpidas?

— Pensé que ya lo eran —retó Hazel. Ellas solo enfurecieron. Una de ellas levantó su mano, dispuesta a estrellarla contra la mejilla de la castaña, pero el movimiento fue detenido en el aire.

— Pídele perdón. —espetaron.

— ¿Disculpa?

— Lo que escuchaste. Pídele perdón.

Hazel estaba estupefacta, quizás un poco al borde de soltar una carcajada. Las porristas no podían creer lo que estaba pasando, así que muy a cuestas pudieron murmurar un "perdón" y se marcharon.

— No tenías que hacer eso, Luke.

— Yo sé que no, pero tenía que defender a mi chica. —le guiñó un ojo.

— ¿Tu chica? —pregunto atónita Hazel.

— Mi chica. —aseguró el rubio— Al menos eso es lo que dicen en los pasillos.

— Bola de idiotas. —se quejó la más baja— No soy tu chica, Luke.

— ¿Segura, Haz?

Los nervios se apoderaron de Hazel, sintió su boca secarse y podría jurar que si hablaba, la voz le temblaría. Luke se empezó a acercar más a ella, y tomó delicadamente su mentón, relamió sus labios y cerró sus ojos.

— Es el momento para que digas algo, Hazel.

Pero la mente de Hazel estaba fuera de si. No podía pensar en nada, al menos no en algo cuerdo. Intentó moverse, irse lejos de Luke, pero no podía. Tal vez quería quedarse.

— Si te beso, vas a ser mía, Hazel.

Pero la castaña ni se inmuto. Solo cerró sus ojos esperando el siguiente movimiento de Luke.

Los labios y aquel frío piercing se encontraban chocando con los labios de ella. Luke Hemmings estaba besando a Hazel Bennet en la entrada de la escuela. Todo un espectáculo. Las miradas de los estudiantes presentes estaban sobre ellos. Miradas con recelo y otras bastante sorprendidas. Pero aquel beso más allá de ser dulce, era una mezcla de adrenalina. Hazel sentía que ese beso no era como todos aquellos que salían en las películas o que anteriormente le habían dado, no estaban llenos de amor o pasión, era extraño; no había un sentimiento de por medio. Ella era consiente del atractivo de Luke Hemmings y admitía que le atraía, pero ¿y él? ¿él sentía algo por Hazel? ¿Le atraía la castaña?

— Eres mía, Bennet. —susurró Hemmings contra los labios de ella después de separarse.

Luke entralazó su diestra con la de Hazel, y la atrajó hacía él, tomando caminando para la casa de ella. Se despidió de Calum a lo lejos, quien solo reía divertido. Hazel solo acabó más confundida. No sabía lo que acababa de pasar.

El camino a casa estaba siendo abrumador, así que Hazel empezó a hacer una lista mental de todos sus pendientes: no tenía mucha tarea, tenía que ayudar a Jessica con su proyecto, no tenía una serie que ver después de terminar la tarea y lo peor de todo, no sabía lo que haría con Luke una vez que llegaran a su casa. Ni siquiera sabía porque estaba permitiendo que Luke le tomara de la mano. ¿Estaba bien dejarlo tomar su mano? ¿Había sido prudunte qué él la besara? Hazel ahora tenía más dudas que respuestas. Ni siquiera reparo en que Jessica estaría enojada con ella por besarse con el rubio.

— ¿Estás bien, Haz?

— Sí...

— ¿Por qué parece lo contrario? —preguntó Luke deteniendo su paso.

— Solo estoy cansada. La escuela fue agotadora hoy, más de lo usual.

— Entonces te dejaré descansar. —dijo sonriente. Hazel se sintió desfallecer— Pero vendré a verte más tarde. Trata de no extrañarme tanto ¿quieres?

Hazel enarcó su ceja, y Luke rió. La distancia entre ellos se hizo más corta, y Luke la besó de nuevo. Sus labios iban a una velocidad normal y los de Hazel solo se dejaban llevar al ritmo de los contrarios. El rubio se separó de ella delicadamente y le sonrió a la castaña, le sonrió como quien consigue el premio mayor, como cuando obtienes algo que siempre habías querido. Luke Hemmings se estaba sintiendo un campeón por haber besado a Hazel.

Luke se dió media vuelta y se perdió entre las calles. Hazel retomó su camino a casa. Ninguno de los dos sabía lo que estaban provocando.

Luke Hemmings se había salido con la suya. Hazel Bennet ya no tenía escapatoria.