Capítulo 17

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Cuando Dorian salió finalmente del lugar, la actitud de Margarita cambió de forma abrupta. Algo que Daphne ya había previsto.

La anciana mujer se cruzó de brazos y la enfrentó, con una mirada severa en sus ojos grises.

-¿A qué juegas con Dorian?-gruñó la mujer.

El rostro de Daphne no se inmutó ante la frivola acusación de la mujer, sin embargo ella entendía su preocupación.

-No juego a nada con él, simplemente me pareció que necesita una amiga... sin ofender-contestó Daphne tomando lugar en la mesa de la cocina.

Al oír aquellas palabras, el cuerpo de la mujer pareció relajarse al mismo tiempo que dejaba salir un largo y profundo suspiro.

-Lo lamento querida, es que Dorian tiene un corazón muy grande y sensible. Odiaría que alguien lo lastimara de nuevo-contestó Margarita, sus ojos volviéndose cristalinos ante el avance de las lágrimas.

La mujer se acercó a Daphne y tomó lugar frente a ella, otorgándole una cálida sonrisa genuina.

-Podría contarme sobre la relación que tuvo Dorian con Elena, tengo la impresión que la defiende demasiado y me gustaría una visión más neutral-pidió Daphne metiendo la mano en su bolsillo y sacando un paquete de pañuelos descartables, los cuales extendió a la mujer.

-¿Que la defiende demasiado? Por Dios, esa mujer es el maldito demonio y tiene sus sucias garras clavadas en Dorian, ante sus ojos él no es más que basura-escupió la mujer.

Daphne se dió cuenta que quizás no obtendría la visión neutral que buscaba, pero sin duda alguna le agradaba la forma en que Margarita describía a Elena.

-Es una maldita perra narcisista y egocéntrica, ella quiere tener al mundo a sus pies sin importarle nada.-continuó diciendo la mujer, las lágrimas comenzaron a desaparecer de sus ojos, reemplazadas por un creciente odio-Durante mucho tiempo, Dorian fue su juguete favorito, hasta que se aburrió y comenzó a jugar con Jackob, pero esa perra no es capaz de dejar libre a nadie que cae en sus encantos e incluso a día de hoy estoy segura que lo sigue seduciendo en el trabajo-dijo finalmente ella.

Las palabras tomaron por sorpresa a Daphne, al parecer esa información no había sido revelada ni por Dorian, ni por su propia agencia de investigación. ¿Qué demonios había ocurrido?

-¿Como que siguen trabajando juntos?-preguntó ella incapaz de esconder su asombro.

-Si, ella va de vez en cuando fingiendo estar insegura de su relación con Jackob, claro que todo es un show para mantener a Dorian bajo su zapato-contestó ella con amargura.

Dorian estaba solo en las fauces de un lobo feroz y hambriento, no tenía forma de defenderse de Elena, de sus viles trucos de seducción y sus dramas amorosos bien orquestados.

Mierda, todo progreso posible estaría arruinado si él caía en su juego.

A toda velocidad, el cerebro de Daphne comenzó a trabajar e ideó un plan para volver el encuentro de aquel día en su contra. Porque no cabía duda de que Elena iría al trabajo, a reclamar el premio que le fue robado.

-Margarita, por favor podrías prepararme lo más rápido posible la comida favorita de Dorian. Será para llevar-dijo ella, poniéndose de pie.

Margarita le dedicó una sonrisa lupina, comprendiendo a la perfección su plan.

-Será un placer-ronroneó en respuesta la mujer, apresurandose a sacar ingredientes de las alacenas.

Daphne se limitó a asentir con la cabeza antes de adentrarse al pasillo, preparándose para vestir su traje de guerra.

Besos de Medianoche 1: Designio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora