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No está demás decir que esta campaña francesa es súper importante.

Y aún que mi creatividad parece haber mejorado a la de los últimos meses, no es siguiente. Tengo que tener una idea cuanto antes.

Hoy es uno de esos días en los que he decidido encerrarme en mi oficina, cancelando citas y diciéndole a mi secretarías que no quiero ningún tipo de molestias. Se me debe ocurrir algo pronto.

Estaba medio sentado sobre mi escritorio, viendo por la ventana el soleado día de hoy. Mi cuerpo se sintió tenso de repente. Me hizo sentir inquieto y querer moverme. Deje los papeles que tenía en la mano sobre el escritorio y levante mi vista hacia el frente.

Una figura bastante conocida estaba del otro lado del cristal, fuera de mi oficina. En mi cuerpo pasó un escalofrío, y no puedo decir exactamente que eso sea positivo.

Era Rodrigo.

Me hizo una seña si podía pasar y asentí.

Con sus manos dentro de sus bolsillos camino hasta mí.

-Hola- Me dio una media sonrisa.

-Hola- intente devolvérsela.

-Me ascendieron en mi empresa, ahora me encargo de contratar en la publicidad. Me pidieron que viera aquí para ver a los nuevos.

-Asombroso, te lo mereces.

-Gracias- hubo un largo e incómodo silencio. -Y ¿Como haz estado?

Reí. ¿Qué ironía, ¿no? Viendo de quien viene esa pregunta.

-Bien ¿Y tú?

-Bien... la verdad que muy bien- me mostró sus blancos dientes- La verdad es que, entre el ascenso, el departamento nuevo, no he parado. Y también retomado amistades ¿Te acuerdas de James?

-Claro, ¿Que tal esta?

-Bien, adoptó a su segundo hijo con Austin.

- ¡Vaya! Hace tiempo que no lo veo.

-El tiempo pasa sin permiso.

Hubo otro silencio, pero para mi sorpresa, fue menos incomodo que el anterior.

-Bueno, debo irme, tengo una reunión con Arturo.

-Si claro...

-Oye, pero tal vez cenemos un día... con todos. Extraño esas cenas.

-Bien, cuando quieras- respondió cordial.

-Ok... eh, hasta luego entonces.

-Hasta luego.

Me dio una sonrisa antes de salir de mi oficina.

Fue extraño.

Porque a diferencia de lo que hubiera imaginado; no había odio, no había rencor, pero tampoco amor, en realidad no había nada. No había ningún sentimiento por aquella cuya persona compartí siete años de mi vida.

[.]

Increíble, no es lo que yo imagino para un viernes en la noche. No es lo usual. Generalmente estoy en mi casa en pijama, y si no tengo trabajo que hacer, veo una peli o algo hasta conseguir quedarme dormido. No es que sea aburrido ni nada, realmente disfruto hacer eso.

Pero estoy aquí, en una fiesta, rodeado de un montón de adolescentes borrachos y cachondos. Y vaya que yo tuve su edad, pero también tenía padres y horarios de llegada. Obviamente el llegar sobrio no era una elección.

Estaba parado en una esquina, volteando hacia todos lados, sentí unas manos abrazarme por la espalda.

- ¡Amor! - Me beso- Qué poco gusto tienen los creativos- dijo mirando mi ropa, cero diferente a la de siempre.

-Vengó del trabajo, no me dio tiempo de cambiarme.

-Bueno, ven vamos a bailar.

Me tomo de la mano y me arrastró hasta el centro de la pista.

-No Daniel, espera.

No me escuchaba, brincaba y bailaba al ritmo de la música, yo permanecí inmóvil.

- ¿Qué Quieres de beber? Te lo traigo. - quería alejarme un rato.

-Una Coca-Cola, con jazmín.

Sonreí y salí de aquella ola de chicos.

-Una Coca-Cola y una cerveza- le dije al chico de la barra.

-Identificación.

- ¿Qué? - Ni siquiera la andaba, no creí necesitarla.

-No hombre, te estoy vacilando- Río- ¿Que andas haciendo? ¿Buscas a tu hijo?

No respondí y esperé a que me diera mis cosas para luego retirarme.

Para mi sorpresa, al regresar me encontré a un chico peleando con Daniel. Esto no me está gustando nada.

- ¡Mierda Daniel! Me estás dejando en ridículo delante de todos mis amigos.

- ¿Perdón? ¿Te crees el centro del universo o qué?

Vi cómo empezó a jalonearlo, mientras Daniel se quejaba que lo soltara.

-Te dijo que lo sueltes. - intervine.

-Mira tú no te metas viejo- me empujó levemente con su mano sobre mi pecho. Mientras seguía lastimando a Dani.

-Estas borracho Jimmy, suéltame.

-Tienes tres segundos para soltarlo- advertí.

- ¿Si no qué? - Lo soltó y se giró a mí, encarándome.

-Lo mejor será que vuelvas a lugar chico, aquí se viene a pasarla bien...

Se rió, y luego me dejó ir un fuerte puñetazo. Me balanceé un poco hacia atrás.

- ¡Maldito Idiota! - le gritó Daniel.

Para su suerte, otro chico lo apartó rápidamente del lugar y lo sacó de ahí.

- ¿Estas bien? - vi mi labio sangrar un poco- Lo siento...

Me di la vuelta y salí del lugar, Daniel me siguió en todo momento.

[.]

Estacionamos frente a mi casa.

Lo mire de reojo y tenía los hombros tensos.

-No puedes negar que cada noche conmigo es una experiencia inolvidable- le di un leve empujón para romper la tensión. No funciono - Di algo.

-Todo el mundo tiene razón Daniel. Lo nuestro es... una -respire profundo, buscando las palabras correctas- una fantasía.

- ¿Pero por qué tienes tanto miedo?

- ¿Miedo? - Reí- ¿miedo de que?

-Del amor.

-No, no se trata de miedo. Tengo 32 años, casi el doble que tú. Y hace un momento estaba en una discoteca pegándome con un adolescente- hubo un silencio- Es imposible. Imposible que esto funcione.

-Pero amor, ven- intenté acercármele y se alejó enseguida, voltee hacia el frente y pensé unos segundos- Muy bien.

Salí del auto sin más.

Perdona... si te llamo amor - LawRusso [Adaptación]Where stories live. Discover now