Camila

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Mi vida estaba centrada en todo lo que yo podía conseguir con mis propias manos. Estaba orgulloso de ser el dueño de una de las haciendas más grandes del estado. Desde muy joven me separé de mi familia y me hice mi propio destino y conseguí por mi cuenta mi propia riqueza.
Me fui muy joven de mi casa. Herido por una mujer -- Mi madre.

Una mujer autoritaria y orgullosa y harto de sus exigencias, de no calzar nunca en sus expectativas y cansado de oír sus quejas y comparaciones, salí sin rumbo fijo, pero decidido a conseguir por mi mismo -- Fortuna.

Trabajé de jornalero en una pequeña granja y allí encontré mi pasión -- Los caballos.

Conocí a una hermosa chica de la que me enamoré ciegamente. Cuando iba a proponerle matrimonio apareció un hombre mayor de buena posición económica y la hermosa rancherita decidió que era mejor casarse con un hombre rico y no oír su corazón que según ella me amaba a mí.

La vi pasar por un año entero con su esposo frente a mí. Me coqueteaba a espaldas de su marido y yo joven y tontamente enamorado esperaba que un día lo dejará por mí. Hasta que un día me dijo que jamás dejaría su vida de comodidades por un pobreton como yo.

Su humillación y el hecho de que jugará con mis sentimientos llenó mi corazón de más decepción y enojo contra las mujeres. Odie ser objeto de comparación y sentir que siempre perdía.

Tomé mis cosas y mis ahorros ganados con tanto esfuerzo y salí en busca de mi futuro. Lo hallé un año después cuando el dueño de un pequeño criadero de caballos con el que yo trabajaba enfermó y su hijo vino por él para llevárselo y así poder cuidarlo.

Fue en todos mis años el acto de amor y de agradecimiento que marcó mi vida. El noble anciano y su hijo me vendieron el pequeño criadero de caballos en una suma ridícula. Pero que yo podía pagar.

Sus palabras me dieron fuerzas y mucha esperanza. Aun las recuerdo y me dan fuerzas apesar de que él murió dos años después de marcharse con su hijo. Me dijo: Escucha Peter, nadie puede robarte tus sueños si fijas tu meta en conseguirlos. No escuches a quien te diga que no puedes. Escucha tu corazón y persigue lo que deseas. Con esfuerzo y trabajo conseguirás hacer crecer este pequeño criadero y tener una gran hacienda -- Tienes todo lo que necesitas para ser un vencedor.

Sus palabras me dieron la fuerzas y su gesto de venderme su criadero me dio las herramientas para conseguirlo.

Y tal como me lo dijo, trabaje muy duro y año tras año poseía más tierras y más caballos. Luego reces y después ovejas y mi hacienda tomó lugar entre las mejores y más cotizadas de la zona.

Ahora era un hombre muy rico..

Mis hombres me respetaban y contaba con buenos trabajadores y el respeto de otros hacendados. Ahora yo era el objeto de deseo de señoritas de la alta sociedad. Empecé a creer que podría elegir a la mejor y a mi antojo. Mi orgullo me llevó a elegir la peor de ellas.

Hermosa, engreída e hija del gobernador. Codiciada por muchos. Estuve a punto de casarme con ella. Por su belleza y por su apellido. Hasta que una tarde llegué a su casa de sorpresa con un hermoso regalo de compromiso y la escuché hablar con sus amigas sin que ella se diera cuenta.

Tienes que ir de viaje a París con nosotras Tania después de que te cases con ese ranchero.

Lo haré Julia, una vez que me case me fingire enferma y que necesitaré descanso y me iré a casa de mi tía y allí pasaré mi verdadera luna de miel con Fransua -- Él está de acuerdo en esperarme y una vez casada y con suficiente dinero para gastar dejaré a Gallager con las ganas y me iré a disfrutar con Fransua de su dinero.

¡Eres increible Tania! -- ¿Como has podido fingir que lo quieres todo este tiempo?

Papá no quiere a Fransua -- ¡Pero yo lo amo! -- Y si tengo que casarme con Peter Gallager para complacerlo ¡lo haré! Y después de seis meses me divorciare de él y me iré a vivir con quien amo. Engañare a ese idiota igualado y sin que se entere me llevaré la mitad de su fortuna.

Aprendí a ser feliz contigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora