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𝟹
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𝟸
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𝟷

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─¡sᴀʟɪᴏ́ ᴘᴇʀғᴇᴄᴛᴀ!─

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Al término de la jornada escolar, yo ya no podía con mi existencia.

Mi cabeza no paraba de dar saltos, haciendo el intento de evitar que me quede dormido.

Usualmente lo hacía sin darme cuenta al término de la última clase. Y gracias a eso, la suerte por fin dio un paso a mi favor, haciendo aparecer en mi vida a un hermoso chico que vino a despertarme dos veces.

Esperaba que viniera hoy también.

Veía como mis compañeros de clase salían del salón en grupos. Yo no estaba en ninguno.

No es que me llevara mal con ellos. Simplemente no querían hablarme.

Cada vez que me acerco a uno de ellos me miran con miedo. Hasta el punto de haber hecho llorar a una chica sin querer.

Cuando el salón estuvo completamente vacío, levante mi teléfono para ver la hora.

4:23pm

Espere unos minutos más sintiendo mis párpados cada vez más pesados. Hasta que siento como la puerta se abre y cierra de golpe, haciendo que me caiga de la silla del susto.

Cuando me levanto y miro al causante de mi infarto, veo a Komi-kun sujetando la puerta que se agitaba violentamente.

Vi como el chico con la misma expresión de siempre me pedía ayuda con sus profundos ojos negros.

Dios. En cerio es muy hermoso.

No pude observarlo por mucho tiempo ya que la puerta se abrió de golpe, haciendo que el pelinegro cayera al suelo revelando a chica con dos coletas a los lados de su cabeza.

Komi-kun corrió hacia mí, cuando fue detenido por la chica quien lo agarro del brazo mientras lo arrastraba fuera del salón.

─¡h-hey espera!─ la chica me miró extrañada.

¡Piensa rápido!

─yo... Planeaba volver a casa con el hoy─

─...─ me miró unos segundos antes de volver a ver al chico sentado en el piso.

─Shousuke-Kun, ¿este chico te está intimidando?─ dijo completamente seria.

─¡¿q-que?!─ dije impactado.

Komi-kun se levantó, limpio su uniforme y camino hacia mí tomando mi muñeca, ahora siendo yo el que estaba siendo arrastrado. Su mano es tan suave.

Salimos del salón con la chica detrás de los dos.

─Oye ¿cual es tu nombre?─

─ah, soy ___ ___. ¿Cuál es el tuyo?─ pregunté, ya algo desconcertado.

─soy Tadano Hitomi. Perdón por llamarte delincuente, aunque de verdad lo pareces─ dijo con sinceridad.

─o-oh, esta bien─

Cambiamos nuestros zapatos en la entrada, y caminamos por la calle.

─y... ¿que van a hacer?─ preguntó de la nada.

Mire de reojo al chico pelinegro, buscando algún indicio de que decir. Me miró solo para volver su mirada al frente.

¿Que hago?

─el... Me va a ayudar en matemáticas? ─ eso sonó más como una pregunta.

Soy un fracaso.

Ella me miró unos segundos y simplemente asintió.

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