El Shinigami más brillante

Capítulo 3

Descargo de responsabilidad: no soy dueño de Bleach.

Ichigo había sido capaz de asustar a sus fans a una distancia de acecho apropiada, y había sido mucho más fácil de lo que pensaba. Su mirada constante a Rukia, combinada con su enorme reiatsu, hacía que fuera incómodo que alguien estuviera cerca de él. Sin embargo, estaba contento de que no pudieran ver sus ojos brillar, era intimidante, pero para alguien a quien le gustaba, el efecto era desconocido.

Hoy, Rukia le dijo que tenía un regalo para él, algo que aliviaría las sospechas de que él siempre abandonaba la clase. Él pensó que ella solo quería detener las miradas, pero algo que haría que Ochi-sensei dejara de llamar a su casa llorando era algo bueno. Se estremeció al pensar cuántas veces había estado a solas con la mujer, quien aparentemente había desarrollado la misma fijación espeluznante que tantas otras chicas tenían. Tal vez fue toda la ayuda que dio a los palos, o el hecho de que su uniforme escolar estaba un poco más ajustado de lo habitual, mostrando todo el músculo magro que ganó con las artes marciales.

Sabía que Orihime tenía algo similar, pero no le preocupaba porque era muy tímida. Bueno, Uryu había sido el que se lo había dicho, pero de todos modos lo sabía. Cuando finalmente sonó la campana del recreo, Rukia lo sacó de la clase al patio. Se aseguró de que nadie estuviera mirando, luego sacó lo que parecía un dispensador de PEZ con una cabeza de pato para dispensar los dulces.

"Ichigo, este dispositivo contiene un Gikon, un alma artificial. Te tragas el Gikongan que sale y te separas de tu cuerpo, mientras que el Gikon se hace cargo de él hasta que regresas. De esta manera, puedes quedarte en clase y luchar Huecos simultáneamente ". Ichigo contempló en silencio la moralidad de crear almas falsas, pero su deseo de escapar de las peroratas sobre desaparecer de la clase dominó su aversión personal por la idea.

"Está bien, así que presiono la parte superior y sale, ¿verdad?" Rukia asintió e Ichigo experimentó para descubrir cómo sería esto. Un regusto a limón llenó su boca cuando se separó de su cuerpo, que cayó durante unos segundos antes de volver a levantarse. "¡Hola, jefe! Soy Kon, y será un placer estar en tu lugar hoy. Soy educado y excelente en seguir órdenes." Este saludo aparentemente escrito se completó con un saludo, creando un sentimiento terrible en las entrañas de Ichigo.

"Gracias Kon, pero yo-" "Ichigo, hay un Hollow, ¡ven rápido!" Por lo tanto, Rukia llevó a Ichigo a donde Hollows había llegado convenientemente. Kon saludó con la mano y sonrió cuando se fueron, un brillo extraño entró en sus ojos cuando doblaron una esquina y se fueron. "Ja, lo compré totalmente, ahora para ver qué puedo hacer en este cuerpo". Kon se giró y saltó en su lugar varias veces. Lanzó la pierna de Ichigo con suficiente fuerza para rasgar la valla de metal alrededor de los pasillos, casi como si ni siquiera estuviera allí.

Su sonrisa pasó de la leve sonrisa que tenía al tener un cuerpo a una sonrisa que partía el rostro. "¡Oye! Kurosaki, ¡¿qué estás haciendo ?! No creas que estás ayudando al club de kendo en el último partido para perdonar este vandalismo. Kon se voltió y miró ligeramente sorprendido al maestro con el boken, su sonrisa se encogió momentáneamente."

"Espera, ¿me viste atravesar una cerca de metal con una patada rápida, y crees que es una buena idea llamarme por eso? Wow, no me extraña que necesites la protección de Ichigo, los humanos son idiotas." Kon saltó sobre el maestro y la pared de la escuela, aterrizando en un patio diferente que estaba directamente debajo de la clase de Ichigo.

Tatsuki, Orihime, Chad y Uryu vieron como Ichigo saltaba desde el patio cuatro pisos hacia su clase, entre muchos otros. Los ojos de Ichigo se clavaron en Orihime, su sonrisa se fortaleció. "Hola, hermosa. ¿Qué tal si le das un besito a Ichigo?" Orihime hizo exactamente lo que todos los que conocían tanto a ella como a Ichigo esperaban, desmayándose en su asiento.