Capítulo 2.5

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—Gege... no tenias porque traerme tanto.

Xie Lian sonrió en dirección a San Lang— ¡No digas tonterías! Me ayudaste mucho, así que tenía que pagarte al menos un poco.

—Yo diría que al revés sería más correcto —dijo San Lang mientras suspiraba. Observó la gran pila de peces muertos, la mayoría de los cuales ya estaban muertos, pero que algunos todavía se retorcían entre las rocas.

Habían pasado varias semanas desde que habían empezado a encontrarse de esa manera y, cada vez, Xie Lian sentía la obligación de traer algo. Sabía que el humano no tenía mucho y Xie Lian tenía demasiado tiempo libre para poder pescar y recolectar hermosas conchas.

Esto era probablemente lo máximo que había traído en una sola vez... pero la última vez que se habían encontrado, San Lang le había traído una horquilla del mercado. Había dicho que casi no tenía valor y que no le había costado mucho, pero para Xie Lian, era una maravilla, de la clase que había visto muy pocas veces. Las cosas humanas siempre eran muy interesantes y lo Xie Lian tenía para ofrecer era... corriente, a comparación.

San Lang frunció el ceño ante el montón de pescado y se cruzó de brazos— No podemos comer todo esto, ¿cierto?

—Ah... —Xie Lian parpadeó, no había pensado en eso—. No creo que podamos.

—...

—¿Por casualidad no tienes amigos que puedan ayudarnos a comer todo esto? —preguntó Xie Lian tímidamente.

San Lang resopló— No, ¿y supongo que Gege tampoco lo tiene?

—En realidad no... ¿Entonces qué debemos hacer?

—Supongo que... podemos secar un poco y luego tratar de comer lo más que podamos del resto.

Xie Lian hizo una pausa— ¿Secarlo?

—Sí. —San Lang se arrodilló cerca de uno de los peces que hacía poco había dejado de retorcerse y lo pinchó. Este volvió a la vida, revoloteando y jadeando antes de quedarse quieto de nuevo— Es cuando los cuelgas al sol. Seca toda la humedad para que la carne no se pudra tan rápido y se pueda conservar por más tiempo.

Xie Lian arrugó la nariz— Eso suena... como un destino horrible para un pez.

—Probablemente —se rió San Lang—. En realidad nunca lo he probado con peces. No tengo idea que tan bien funciona o si sabe bien. Probablemente funcionaría mejor si tuviéramos sal...

—Aunque hay mucha sal en el océano.

Una sonrisa divertida se dibujó en la cara de San Lang mientras negaba con la cabeza— No, no puedo usar ese tipo de sal,necesitaría sal seca.

—Oh, ya veo...

—Bueno, Gege, ¿deberíamos intentar comer todo esto?

Xie Lian asintió alegremente— ¡Mn!

***

Mientras el sol se ponía y la luz del día se desvanecía lentamente, pasaron el tiempo en compañía del otro. San Lang encendió el fuego y cocinó los pescados de la misma forma como lo hizo en su segundo encuentro y Xie Lian le ayudó con entusiasmo a preparar un buen trozo. El pescado cocinado seguía siendo una maravilla para él y cada vez que San Lang se lo preparaba, parecía saber cada vez mejor.

Por supuesto, no tenía sentido encender un fuego cerca de la orilla del mar para que la marea lo apagará, así que acabaron de nuevo en aquella cueva. San Lang había vuelto a cubrirlo con una manta húmeda y Xie Lian se dio cuenta de que empezaba a disfrutar de ese fresco peso sobre sus hombros.

«ɪʀɪᴅᴇꜱᴄᴇɴᴛᴇ» ʜᴜᴀʟɪᴀɴWhere stories live. Discover now