Pensabas que la última vez que Muichirou apareció con orejas de conejo algo similar no volvería a ocurrir pero... Que equivocada estabas.
—Lo veo exactamente igual. Ni siquiera tiene pechos. —dijo el pilar del viento observando al pilar de la niebla con los ojos entrecerrados. Se escuchó un quejido. —¡¿Por qué diablos me golpeas idiota?!
—¡Deja de estarla viendo en ese lugar, pervertido!
—P-pero... ( _ )-san, tiene razón. —defendió el pilar del amor.
—¡Igual aunque la tenga no debería decirlo de esa manera!
Los tres se quedaron callados observando de nuevo a Muichirou que no era del sexo masculino sino el contrario.
—Oigan, sigo escuchándolos. El efecto no me hace sordo.
—Sorda, ahora eres una chica. Es raro que te refieras a ti como chico, aunque bueno... Siempre has parecido las dos, rarito. —otro golpe por el comentario de Sanemi.
—Lo siento Tokito-san, es solo que uhm... ¡E-esto es nuestra culpa y ahora estás así por quien sabe tanto! ¡Lo sentimos mucho! —hizo varias reverencias mientras ( _ ) discutía en el fondo con Shinazugawa.
Muichirou suspiró. Recordando que simplemente quería algo para comer y buscó a su pareja para consentirlo.
¿Y qué ocurrió?
Le cayó un polvo extraño en toda la cara, pensaba que era harina porque estaban preparando algo pero al ver los rostros pálidos de su pareja y compañeros sintió el verdadero terror.
Ahora tenía esta apariencia. Aunque bueno, no cambió mucho físicamente.
Solamente se denotaban la figura femenina en su uniforme un poco, siempre fue de cuerpo delgado y elegante. Su baja estatura seguía intacto, su rostro ni hablar.
Su voz era lo que sufrió más, se escuchaba más aguda.
Finalmente se levantó del suelo donde sacudió el resto del polvo de su ropa, frustrada frunció el ceño para alejarse.
Mitsuri llamó la atención del par al insistir varias veces. ( _ ) volteo siendo notificada que su pareja se fue.
Muichirou llegó a los baños con la intención de darse una buena ducha y cambiarse, más en el momento de entrar se detuvo abruptamente.
¿A cuál debería entrar?
Vaya ridiculez, solo cambió por fuera. Por dentro seguía siendo un chico.
