☆ Llegada al Cairo

705 71 32
                                    

Los rayos del sol entraban por la ventana, iniciando un nuevo día para la familia Joestar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los rayos del sol entraban por la ventana, iniciando un nuevo día para la familia Joestar.

Jotaro fue quien se había despertado minutos antes de que saliera el sol, contemplando en todo ese rato, a su querido acompañante. Noriaki seguía durmiendo cómodamente sobre el fuerte pecho del mayor, envolviéndose en el calor y el aroma masculino que desprendía este.

Sus largas pestañas, lo tersa y delicada piel blanca y su tan característico cabello hecho un desastre, sin duda le encantaba todo aquello que era Nori; con una de sus manos acarició levemente quitando en el proceso algunos cabellos para atorarlos detrás de la oreja de este. Ante ese estímulo, el pelirrojo se removió un poco en busca de más calor para después abrir levemente sus ojos amatistas, tomándose un momento para despertar.

- Buenos días - dijo en un bostezo de forma tierna

- Buenos días, niño bonito - depositando así un beso en la cabeza del otro, quedándose ahí para disfrutar del olor que emanaba. Quedándose así por un par de minutos, para después el menor moverse y así voltear a ver al moreno.

Observándolo por unos segundos para dedicarle una tierna sonrisa, rozando finamente la punta de su nariz con la del contrario.

Le encantaba esa manera de despertar, ojalá pudiera hacerlo todos los días. Podía jurar que había dormido como nunca en su vida.

Se besaron tiernamente, disfrutando de cada roce que tuvieran. Aunque un beso no les bastaría, aumentando la intensidad de este junto con las caricias que recorrían sus brazos, piernas o espalda, suspirando con goce.

Jotaro impuso su fuerza, empujando de manera juguetona al menor quedando ahora él sobre Kakyoin, a lo que ese rio por la acción, siguiéndole el juego; rodeando con sus brazos el cuello del pelinegro, atrayéndolo lo más que pudiera.

Noriaki sintió como las ásperas manos se paseaban por sus caderas y muslos, enviando un escalofrió por todo su cuerpo, siguiendo a ritmo que tenían.

Se daban pequeñas pausas para respirar y contemplarse.

- Me vuelves loco - mencionó para después depositar una serie de besos por el cuello y clavícula del más bajo - Eres hermoso - dijo entre besos, haciendo que el otro soltara suspiros por la muestra de cariño depositado en su cuerpo

- Ah ¿sí? - dijo provocativamente, sin dudas estaba viendo una parte que ni el mismo conocía

Por su parte Nori, solo recorría con sus manos la espalda del mayor, para encontrarse en la base del cuello esa tan distinguida marca de nacimiento, basándola con amor. No paso mucho tiempo hasta que decidieron parar, comenzaba a amanecer y no tardarían en ir por ellos.

Sería mejor que no los encontrarán de esa manera o si no, se armaría un escándalo, un escandalo algo vergonzoso.

Se ducharon por separado y se vistieron, poco después de haber terminado, tocaron la puerta de la habitación.

~Mundos Distintos Mismo Sentimiento~ [Jotakak]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora