~Mundos Distintos Mismo Sentimiento~ [Jotakak]

☆ Broken

A la mañana siguiente despertó por la molestia causada por lo rayos del sol, removiéndose para huir de estos más sintió un peso extra sobre él, encontrándose en primer instancia una alborotada y despeinada cabellera roja reposada sobe su pecho, desde esa posición percibía el aroma que tanto lo hechizaban inclinando su cabeza para besarla y con una de sus manos empezar a acariciar, jugueteando con los mechones; despertando al dueño de esos hilos rojos, volteando a ver quién interrumpía su preciado sueño, sin poder evitar sonreír apenas verle, se tallo un ojo en busca de despertar por completo.

- Buenos días JoJo - empezando a moverse para quedar sentado, lo único que le cubría era la chaqueta de cuero que traía Jotaro la noche anterior, pero por debajo estaba totalmente desnudo.

- Buenos días, bello durmiente ¿Dormiste bien? - a diferencia del ojivioleta el solo vestía solo con los pantalones de mezclilla levemente abiertos, con el torso totalmente desnudo.

- Por supuesto que si - se inclinó para besarle la punta de la nariz

Miro a su alrededor, notando como había quedado de desordenado el lugar, con la ropa regada por los asientos; por suerte nada se había derramado, lo que le hizo entrar en pánico fue ver como empezaba a amanecer

- Espera ¿Qué hora es? ¡Demonios! ¡Mis padres me mataran apenas llegue a casa! - se tomó el pelo en desesperación

-Ya me encargué de eso. Tome tu celular y le mande un mensaje a tu madre diciendo que por el clima te quedarías a dormir en mi casa y que para la mañana tu estarías en casa - busco entre sus cosas lo que parecía ser su cajetilla de cigarros - De todos modos si se enfurece, yo tomare la responsabilidad - finalmente encontró lo que buscaba, tomando uno de sus cigarros en su labios y tratar prenderlo con el encendedor, pero viendo la cara de preocupación y miedo de Kakyoin, se compadeció de él.

- Todo estará bien ¿sí? Ve cambiándote en lo que conduzco - acaricio su mejilla para después, abrocharse los pantalones y ponerse la playera del día anterior.

Pasando al asiento del conductor y acomodar algunas cosas que habían quedado varadas por la agitada velada, tomo las llaves del auto para encenderlo y marcharse de ahí antes de que un curioso los viera.

Tal y como había dicho el moreno, se había ido cambiando durante el trayecto, tratando de verse lo mejor posible y no levantar sospechas de sus padres, pasándose al asiento del copiloto, abrió la ventana para sentir el viento golpearle el rostro una última vez.

En ese momento, extrañamente se sentía libre y eso le agradaba; le agradaba lo simple que podía parecer el momento, pero aun con esto, era sumamente especial para él.

Este sentimiento lo hizo imaginar como si ambos fueran una pareja de recién casados, regresando de su luna de miel para comenzar su nueva vida juntos. Sin importar que fueran del mismo sexo o que fueran de especies totalmente contrarias, podían vivir sin el temor a ser juzgados o señalados.