6

4.8K 472 25
                                    

—Si, Jimin. Será el viernes 19 de este mes. Si, de acuerdo. -dije mientras hablaba por teléfono.

—Amor ¿Ya hablaste con Nam? -asentí y Taehyung se acercó a mi para abrazarme. —¿Quien es? -pregunto mirando a su alrededor y luego metió sus manos por debajo de mi camisa.

—Jimin -respondí acariciando sus cabellos y se escondió en la cobertura de mi cuello aspirando mi aroma.

—¡Adios, Min Jimin! ¡Jungkook tiene que atender a su alfa! ¡Cuida bien de Yoonie y de tu Yoonie junior! -reí y negué.

—¡Cállate, alfa idiota! -grito Jimin aturdiéndome.

—¡Que sepas que te invito solo porque Jungkook quiso invitarte! -grito Taehyung haciendo que yo soltara carcajadas.

—¡Se que me amas, hermanito! -Tae iba a gritar pero le di un beso y me miro los labios para después tomar el teléfono y colocarlo en su boca.

—¡Adiós Jimin! ¡El diecinueve al mismo horario! ¡Saludos a mi cuñado y mi sobrino! ¡Tenemos casa sola y Jungkook está mimoso! -reí y corte la llamada ante lo dicho por Taehyung.—Vamos a mi habitación, Jungkook. Cuatro días sin tocarte, sin hacerte el amor. No sabes como estoy-comenzamos a reír a carcajadas y Tae se alejó.

—¡Eres todo un caso, mi vida! -hizo un baile raro y luego camino hasta la cocina.— ¡Tengo hambre! ¡Esto de hablar por teléfono toda la mañana es horrible! -dije abriendo la nevera.

—Pero... acabamos de comer frutas, amor. -me encogí de hombros. Se me ocurrió una idea y reí en lo bajo.

—Quiero... no se que quiero pero quiero comer algo. -dije agachándome y sacando mi trasero. —Quizás, banana... o salchicha. Algo que sea largo. ¡Pepino! -grite sacando el vegetal y lo eleve para luego dejarle un beso. —¿Te gusta el pepino, amor? -pregunte volviendo a colocarme en mi anterior posición y sentí las manos de Taehyung en mi trasero y luego su entrepierna.

—Me gusta tu trasero, mi amor -sentía a mi lobo seducir al alfa de Tae quien lo miraba y movía la cola feliz.

—Entonces... ¿Que hacemos? Porque yo realmente tengo hambre. -dije girándome.

—Yo puedo ayudarte -dijo susurrando sobre mis labios.—Ven -tomó mi mano y me guió hasta su habitación.

Reíamos mientras subíamos y luego nos detuvimos.

—Tu mamá nos va a matar -asentí y el se quedo mirando un punto en el suelo para después sonreír y cargarme. —Creo que nos vamos a dar un paseo al bosque -corrimos hasta su auto donde entramos y tan pronto como se encendió, salimos del garage.

—¿A donde me llevaras? -pregunte acariciando su pierna.

—No se. Buscaremos algún lugar para pasar la noche. ¿Tu que dices? -asentí mordiendo mi labio inferior.

Sentía calor, demasiado calor y mi entrada ya estaba mojada. Quería a Taehyung en mi lo antes posible.

—¿Estas... con ganas? -asentí y metí mi mano por debajo de su pantalón. Por suerte y estaba usando algo cómodo. —Jungkook... ¿no te puedes esperar? -negué y tomé entre mis manos su miembro. —¿Y si la policía nos detiene? -pregunte acariciando mi mejilla.

—Eso no va a pasar. -dije quitándome el seguro y me crucé a su asiento. No aguantaba más, tenía que hacerlo.

—¡Jungkook! ¡Estoy conduciendo! -dijo riendo.

Me senté en sus piernas y comencé a besarlo mientras movía mi cadera.

—Espera a que al menos me haga a un lado de la carretera. -comencé a besar su cuello e inhale su aroma soltando un gemido.

Antes me excitaba, si pero jamás al punto de no poder aguantarme hasta llegar a algún lugar. Siempre intenté controlarme cuando no estemos en casa o cuando estuviésemos en el auto pero esta vez me estaba matando tener a Taehyung a mi lado.

No era por los días que habíamos pasado sin tocarnos. Podíamos estar una semana sin hacerlo pero esta vez era diferente. Estaba... desesperado y mi omega también.

—Jungkook... tenemos un motel justo en frente. Bajemos. -negué y mordí su labio inferior mientras lo masturbaba.

—Aquí. Quiero aquí. Después venimos aquí. Pero quiero en el auto.- Taehyung me miro y rió.

—¿Que pasa, amor? ¿Tomaste algo? ¿Viste algo que te puso así? Estas... como  si te hubiese llegado de nuevo el celo. -dijo acariciando mis cabellos.

—Por favor. Es que está posición me vuelve loco. -Taehyung miro a su alrededor y luego volvió a poner en marcha el auto.

—Está bien pero vamos a otro lado. Quizás... un lugar donde nadie pase. -asentí mientras besaba su cuello y también sus labios por momento.

Después de cinco minutos se detuvo y esta vez si me besó tomando mi trasero.

El beso era fogoso y Taehyung no se limitaba al tocarme lo cual me enloquecía. Me levanto un poco y me quitó los pantalones. Acaricio mi entrada y metió sus dedos.

—¡Ah! ¡TaeTae! -los metió y sacó para después tomar su miembro y pasarlo por mi entrada.

—Estas dilatado, amor. -asentí y comenzó a entrar.

—¡Amor! -entró por completo y en ese momento comencé a saltar.

—¡Jungkookie! -comencé a saltar y apoyé mi frente en su hombro. —Así... mi amor... Así -decía apretando con fuerza mi cadera.

—¡Alfa! -Taehyung mordió mi labio inferior y me besó con desesperación. —¿Me extrañabas, amor? -pregunté entre gemidos.

—Mmmjmm -tiró su cabeza hacia atrás con la boca abierta y gruñendo por momentos.

Todo iba bien, todo estaba siendo realmente excitante hasta que sentí que tocaban bocina. Por momento creí que habíamos sido nosotros pero no, sucedió de nuevo y venía desde afuera.

—Te dije... -dijo Taehyung suspirando y tomó mis caderas para detenerme. —Espera un momento, mi amor. -negué y continúe con mis movimientos.

—¿Taehyung, Jungkook? ¿Son ustedes? -pregunto mi madre tocando el vidrio.

—No, dejemos que se vayan. -le dije a Taehyung pero este me detuvo y me besó.

—¿Pueden ayudarnos? Estamos con Jeong aquí a la deriva. -Taehyung me separó y se colocó bien los pantalones.

—Vístete -susurró y volvió a besarme.

Me enojé. Estoy molesto, enfadado, furioso.

—¿Chicos? -Taehyung bajó la ventanilla cuando termine de prender mi camisa y peinar mis cabellos.

—Suban, ya esta abierta la puerta -dijo con una sonrisa enorme.

Mi mamá abrió la puerta e hizo una mueca.

—El aroma de ambos es fuerte. ¿Que estuvieron haciendo? -preguntó en lo que Jeong cerraba la puerta.

—————————————

Atte: El Destino 「Taekook/Adaptación」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora