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Sarah

Me encontré con Ethan antes de ir a clases par recibir la información. Le di el beso-abrazo de siempre por la información y comenzamos nuestra pequeña reunión.

- Sarah, primer nombre. Ellie Wilson. Asesina serial, en búsqueda. Es la miembro más reciente del grupo, por tanto puede que no tenga mucha información.

- ¿Métodos? - pregunté desinteresada a cualquier otro dato.

- Fuego. Deja inconscientes a sus víctimas, todos hombres con un objeto contundente y las quema cuando despiertan. - dijo leyendo el informe.

- Ya veo, ¿rápido o lento? 

- Los tiempos varían, pero usualmente de entre 20-40 min quemándolos, su firma es en base a sus cenizas una pequeña luna.

- Ya veo. Ethan, está noche iremos por ella, quiero que me consigas una cosa.

- Soy todo oídos.

- Necesito...

- Está bien, esta noche lo traeré. - dijo serio.

- ¿Tomaré acción? - me preguntó Has.

- No querida, tal vez si la lucha se me va sí, pero yo no soy tan débil como crees. - dije sonriendo interiormente.

- Lo sé, ¿jugarás con él? - dijo tenebrosamente.

- Claro, sí hay que cazar hay que...

- Sí joder, cómo me encanta ese lado tuyo que te sale de vez en cuando. - dijo entre risas.

- Sarah, ¿qué opinas de tu vecino? - dijo intrigante.

- Me gusta, está bueno, es guapo y tiene su aire misterioso que lo hace atrayente. - dije pensando.

- Eres muy mala Sarah, pobre Ethan, y eso que no es mal partido. - dijo Has.

- Yo prefiero peligrosos, Has. - dije contundente.

- Ya veo, pero... cuídate de él, no me da buena sensación. - dijo con los músculos tensos.

- ¿Celoso? - Comentó Has.

- Cálmate, es hora de irnos. - dije con tono frío.

Caminamos hacia la escuela y un gran tumulto de gente apareció en la entrada de la universidad. Sin interés alguno di un paso entre la multitud y el silencio se hizo como si nunca hubiera pasado nada aquí.

- ¿Acaso eres la diosa de la universidad qué todos callan al verte? - preguntó burlón un chico.

- ¿QUIÉN SE HA CREÍDO ESE? - exclamó furica Has.

- Cálmate Has. - dije mientras que alzaba mi mirada en busca de la persona que me habló.

Lo encontré. Iba vestido de manera informal, con un chándal gris y una camisa blanca. Tenía sus manos en sus bolsillos y estaba fumando un cigarro. 

Nuestros ojos conectaron y ahí vi un chispazo de diversión en sus ojos marrón miel. Era atractivo, lo admitía.

- ¿Acaso lo único que tienes a tu favor es tu belleza externa?, porque veo que por dentro eres un crío de 5 años. - dije cortante.

- Que fiera, relaja, aquí no soy yo el tonto pero tú tampoco y gracias por su halago. - dijo riéndose.

Me acerqué a él y le miré seriamente.

- Yo no soy ninguna modelo, no soy la diosa de esta universidad. Estos me lo impusieron así que revisa antes la situación señor payaso. Ah y no era un halago, básicamente para que lo entiendas, es que no sabes usar tu cabeza y sólo usas tu físico a tu favor.  - dije fríamente.

- Joder, guapa y salvaje, además inteligente, que chica más tremenda encontré. - dijo alzando su mano con intención de tocarme en el rostro.

- No te atrevas a tocarla. - dijo Ethan parado a mi lado golpeando la mano de este.

- Y vino el perrito faldero. ¿Sabes?, odio que la gente creída como tú, me toque. - dijo devolviéndole el manotazo.

- Serás... - bramó Ethan. Levantó del suelo con la camisa al chico rubio de ojos burlones y ahí lo vi.

- Sarah, tiene una cicatriz, ¿casualidad? - dijo Has.

- Demasiadas casualidades estamos teniendo últimamente, habrá que cuidarse.

Observé la escena de ambos chicos. El chico era fuerte, estaba en mismos términos que Ethan, raras veces pasaba eso, ya que Ethan era muy fuerte. Había algo en él que no soportaba para nada... 

Que ganas de partirle la cara con esa sonrisa burlona que tiene. - pensé interiormente.

Decidí irme de ahí porque yo no era ningún espectáculo, yo era Sarah Miller yo veía el espectáculo, era la espectadora de mi juego de cazar.

- Ethan, ¡ven ya! - dije entrando por la puerta.

- Pero Sarah...

- Nada de peros, nosotros no somos su juguete, entra. - dije ya molesta.

Ethan captó mi humor y soltó al chico quién después de que lo soltara me miró y pude ver como en sus labios carnosos y rosados decía mi nombre con lentitud y como siempre con esa sonrisa burlona puesta en él.

- ¿Qué opinas de él? - preguntó Has preocupada por la cicatriz.

- Que es un tonto graciosillo de mierda al que le tengo unas tremendas ganas de partirle esa sonrisa burlona. - dije molesta.

- Das tanto miedo que hasta el pobre Ethan se mantiene callado.

- Déjame en paz Has.

- Bueno, como usted diga. - dijo ya callándose.

- No quiero volver a ver que hagas una escena. - dije fulminándolo con la mirada.

- Pero ese subnormal iba a tocarte. - dijo apretando las muñecas con fuerza haciendo que las venas se le marcaran.

- Si me hubiera tocado, le hubiera partido yo misma la cara pero recuerda que debemos ser lo más normales posibles. - dije girándome hacia él para tranquilizarlo.

- Perdona... - dijo cabizbajo.

Le besé la frente con cariño y le levanté la mirada.

- Me importas, así que contrólate, no quiero recurrir a cosas peores contigo. - dije suspirando mirando sus preciosos ojos.

- Está bien. - dijo y me arropó en su pecho.

Suspiré al oler ese aroma tan familiar... un aroma a café mezclado con su colonia... Estar en su pecho se sentía tan bien, me sentía protegida y amada, en efecto, lo estaba usando para mí...

Le abracé y me pegué más a él, sentía una gran atracción por él, pero yo no quería amar a nadie.

Sólo el que ama acaba perdiendo, ¿por qué dar tu todo por una persona qué enseguida es capaz de irse de tu lado?

En efecto... el amor no es más que una debilidad, y yo no debo tener ninguna debilidad porque sino ella aparecerá y yo ya no podré cazar al monstruo.

No pienso ceder mi poder hasta cazarle, nadie me ganará y lograré mi tan ansiada venganza, empezando por Ellie, está será una gran noche.

Cazadora De MonstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora