14

6 6 0
                                    

Sarah

Observé atenta y distante al chico que tenía frente a mí con una sonrisa triste.

- ¿Me odias?, solo quise protegerte.

- Por dios Sara, déjame pegarle. - dijo Has frustrada.

Suspiré. Entre él y Has estaban consiguiendo que me quisiera pegar un tiro.

Después de desmayarme, él estaba sentado frente a mi como una puta estatua, por lo que chillé ya que vamos, su aspecto no es que fuera el mejor.

- Ganas no me faltan.

- Yo...

- Déjame acabar. - Le corté.

- Perdón.

- Me has secuestrado durante unos... ¿4 meses?, cuatro putos meses de mi vida.

- ¡Era mi manera de protegerte de él joder, sólo quería mantenerte a salvo! - gritó haciendo que todas sus venas se resaltaran.

Me estaba poniendo nerviosa. Él me ponía nerviosa. Con él no podía actuar con cabeza fría, mi paciencia se estaba acabando demasiado rápido.

- Déjamelo a mi. Descansa y piensa que haremos después. - dijo calmada Sara.

- Por dios. - resoplé dejando que Sara asumiera el control.

Sara

Lo observé pegando puñetazos a la pared. Estaba con un ataque de ansiedad. Todo esto fue demasiado para él.

- Si yo hubiera estado esa noche... Joder, si yo te hubiera protegido aquel día. 

Otro golpe. Sus nudillos comenzaron a sangrar. Me acerqué con cuidado a él y le abracé.

- Si tu hubieras estado esa noche, tal vez hubieras muerto y eso me hubiera dado una cicatriz más.

Él simplemente se acostó en mi peco y yo lo acuné. Caímos lentamente hasta caer sentados en el suelo y sentí sus lágrimas bajando por mi clavícula.

- Yo prometí protegerte, yo...

- Shhh, tranquilo, estoy a salvo. Él no me va a matar, te lo aseguro. - dije acariciándole el cabello.

- Prométeme que no me dejarás solo. - dijo haciendo que una pequeña lágrima cayera.

- Como en ese día en el columpio. Te encontrabas llorando y te abracé como ahora estoy haciéndolo. Te prometí siempre estar a tu lado y eso haré. - dije tranquilizándolo.

Él se durmió. Estaba triste. Él no merecía estar así, hizo mal actuando así, nos arruinó nuestros planes pero solo quería protegerme, mi ojos.

Seguí acariciando su cabellera y con mucha delicadeza, enrrollé sus manos heridas con trozos de la camiseta que desgarré a modo de venda.

Has crecido mucho, te has vuelto todo un hombre, estoy segura de que tu me protegerás, lo sé, siempre estuviste ahí, Tylor...

Shinigami

Maldita sea. 4 putos meses y sin rastro de ella. Me estaba poniendo nervioso y eso no era bueno, quien fuera que la secuestró, se aseguró de no dejar pistas de por medio.

- Tranquilízate, daremos con ella y mataremos al que la secuestró.

- De eso no lo dudes... - dije susurrando su nombre.

- Cuando lo encuentre sufrirá la peor muerte. 

- Joder, pensar que yo soy un asesino serial y ahora tú tienes más cara de asesino que yo.

- Mis emociones están idas... A veces deseo tener mente fría como tu. - dijo suspirando.

- No creas, estoy igual o peor que tú. Está alargando mucho este juego, pero tranquilo, ella volverá a nosotros, lo sé.

- Vendrá, ella caza monstruos, y nosotros lo somos.

- Exacto.

Sara

Estaba teniendo un sueño, un sueño doloroso. En el sueño vi un rostro, pero era un rostro que no lograba ver bien. Todo estaba borroso.

Era de noche y estábamos en unas cabañas en pleno invierno. Salí a cazar algún animal para cenar y de entre los árboles sentí una presencia mirar hacia mí.

- Princesa... - susurró de manera suave aquella figura tan extraña.

- ¿Princesa? - pregunté extrañada.

-  ¿No me reconoces? - preguntó tristemente.

- No... ¿quién eres? - pregunté asegurando el arma.

- Soy... - no logré recordar su nombre. ¿Quién era esa persona?

Me quedé paralizada frente a él. Él avanzó hacia mi hasta quedar frente a mí.

- Me pregunto una cosa, ¿Eres feliz o infeliz? - preguntó mientras que cogía un mechón de pelo.

- No lo sé. Aún no tengo suficiente edad para saber de ello. - solté alejando mi cabello de sus manos.

Tsk. Suspiró negando con la cabeza y comenzó a hablarme de nuevo.

- Yo te daré esa respuesta: Eres infeliz pero no quieres verlo, por ello, mi deber es liberarte...

- ¿Y qué más? - pregunté al notar que giraba su mirada hacia atrás de mí.

Sonrió y devolvió su vista a mí.

- Yo te liberaré pero él... él te hará crecer. - dijo con una sonrisa torcida.

Desperté agitada por el sueño. Comencé a recordar cosas que creí que no eran más que especulaciones.

- ¿Sara?, ¿Qué fue eso? - preguntó angustiada Sarah.

- Creo que hay un tercer monstruo, alguien que no ha aparecido aún. - Dije con la voz entrecortada.

- ¿Otro? - preguntó intentando comprenderme.

- El chico de la ventana... él es el verdadero monstruo y acaba de despertar.

Ahora que ya lo tengo todo controlado, es hora de atacar. Es hora de que la cazadora ataque y ya tengo pensado mi próximo movimiento. Ya no tengo que dañar a quien amo, todo será más fácil aún.

Acabáis de despertar al tercer monstruo. Enhorabuena.



Cazadora De MonstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora