Strong | Jasper Hale.

Capítulo 17

Dan no se tomó nada mal el que Jasper hubiera estado en casa. Más bien, ya lo sabía.

Sabía que él estaba devuelta en Forks y que intentaría volver a estar conmigo.

El que Jasper intentara eso, me ponía nerviosa.

Es distinto cuando un chico intenta "conquistarte" y tú casi ni te das cuenta. No, él me dijo que prácticamente esa era su misión.

Jasper se apareció nuevamente en la casa un día después.

Me alegró el que no haya aparecido el día siguiente enseguida. Si embargo, si me sorprendió verlo.

Como mis padres no tenía vacaciones hasta fin de año, Dan y yo pasábamos más tiempo sólos.

Una vez que Jasper apareció, Finn desapareció.

Sabía que estaba en la reserva pero no me animaba a salir de casa.

En fin, Jasper apareció y muy servicialmente se ofreció a ayudarme a lavar los platos sucio.

Se me había ocurrido hacer un pie de limón y casi termino intoxicada.

Una vez frente al lavaplatos me preguntó: —¿Hay un orden correcto para lavar los platos?

Me dió risa. ¿Desde hace cuántos siglos que no lavaba algo?

—Primero los cubiertos, luego los vasos, después los platos y de último lo que quede. —le indiqué. —Aunque cada quién tiene su forma de lavar.

Asintió y a una gran velocidad, ya todo estaba limpio.

Ya se quién va a lavar los platos cuando nos casem- ¡Aah!

Su sola presencia me confunde.

Tenía ganas de hacer nada pero no es como que pueda dejar a Jasper sólo en la sala y me pueda ir a tirar en mi cama.

—¿Y Dan? —preguntó al notar su ausencia.

—Ni idea... Salió.

En esta casa la única que avisa a dónde se va soy yo, y eso que nunca salgo.

Pronunció un leve "oh" para luego preguntarme —¿Qué te gustaría hacer?

—No lo sé... Tú eres el hombre del plan. —por no decir "el que quiere estar conmigo"

Cuanto agradezco que Jasper no pueda leer mentes.

—¿Te gustaría salir? —preguntó con una tierna e inocente sonrisa.

Uno de los tanques de mi estómago se arregló y me lanzó una bomba.

Rayos.

Si sigue sonriendo, juro que mis planes de hacerlo sufrir se arruinarían.

Me quiero quedar en casa pero el de la linda sonrisa quiere salir y-

Tuve que esquivar su mirada enseguida.

—¿A dónde? —pregunté intentando sonar cero emocionada.

—¿Sabías que ir al cine en la tarde es mejor que en la noche?

Me reí por su "dato curioso". Al cine sólo van niños y señores a esa hora.

Salvo que quiera estar en ambiente con los viejos.

—¿Quieres ir al cine? —le pregunté.

—Si... —murmuró apenado. —La verdad es que sólo fuí una vez y eso fue en los noventa.

Abrí mi boca sorprendida.

—¿Cuál película viste? —le pregunté.

—Titanic, por el cumpleaños de Rosalie.