Capítulo 44

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NICK

Habían pasado unos veinte minutos desde la última vez que había visto a Noah y ya la echaba demasiado de menos. La busqué con los ojos pero no la vi en ningún sitio.

—Jenna, ¿has visto a Noah? —le pregunté a mi amiga acercándome hacia la esquina en donde bailaba y bebía animadamente. Se detuvo y me miró.

—Cuando volví del baño ya no estaba. Me ha dicho Sophie que había estado preguntando por su móvil —contestó mirando a su alrededor, buscándola también.

Decidí salir a buscarla, tenía que estar congelándose, pero en el exterior de la casa no vi a nadie. Miré hacia ambos lados, hacia el bosque que había detrás, pero tampoco allí había rastro de ella. Volví a entrar buscándola por la habitación y sintiendo una presión en el pecho muy desagradable: no estaba por ninguna parte. Miré en todas las habitaciones, una por una, llamándola al mismo tiempo que marcaba su número de móvil. Nada... ni rastro de ella.

Bajé corriendo y me encontré con Jenna y Lion en la puerta.
—No la encuentro —me dijo Jenna mirándome preocupada.
Sentí cómo un miedo terrible se apoderaba de todo mi ser. Me fui

corriendo hacia la parte trasera otra vez. Lion y Jenna me siguieron de- prisa.

Al salir fuera y girar hacia donde había dejado el coche vi huellas en la hierba. Las seguí con el corazón en un puño y cuando llegué hasta donde estaban sus tacones tirados de cualquier forma mi temor se intensificó dejándome de piedra.

—¡NOAH! —grité desesperado, mirando hacia todas partes—. ¡NOAH! Jenna y Lion la llamaron también sin obtener ningún tipo de respuesta. La amenaza de Ronnie regresó a mi mente. ¿Y si ese hijo de puta se la

había llevado?

—Llama a la policía —le ordené a Lion cuando pude recuperarme del ataque de pánico que me entró.

Lion me miró sorprendido un momento pero sacó su móvil un segundo después. Mientras él llamaba entramos otra vez en la casa. Me fui directo hacia donde estaba el DJ poniendo la música y lo obligué a apagarla. Todos a mi alrededor abuchearon, pero me importaba una mierda.

—¿Alguien ha visto a Noah? —pregunté subiéndome a una silla y escrutando a la masa de gente, deseando que estuviese allí y maldiciéndome a mí mismo por haberla dejado sola.

Todos empezaron a cuchichear y a negar con la cabeza. Me bajé de la silla y me llevé las manos a la cabeza... Joder... joder...

—Nicholas, tranquilízate —habló Jenna a mi lado.

—¡No lo entiendes! —le grité importándome una mierda que todos pudiesen escucharme—. Ronnie la ha estado amenazando y ahora ella no está. —Salí afuera de nuevo para comprobar por mí mismo que no estuviese junto a mi coche con su vestido negro ajustado y sus mejillas sonrosa- das mirándome como lo había hecho aquella noche al llegar a esa estúpida fiesta.

Culpa mía © (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora