Parte 50

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      Tal cómo lo esperaba el predio estaba vacío. La misa iba a durar más de un par de horas, ese viejo habla más lento que cualquier ser humano normal. Pobres de Adam y Elliot... Estaba más entretenido que ellos inspeccionado donde guardaban los huevos de chocolate para la noche.
     Encontrar el comedor no fue difícil, tenía un sector al aire libre y otro cerrado, la cocina no debía de estar lejos. Rodeé la cabaña y enseguida divisé el tiro de gases tóxicos de las estufas. Encontré una ventana abierta en lo alto del muro y tuve que arrastrar un tronco cortado para subirme y poder inspeccionar por dentro.
     Mierda... daba directo a la cocina y había tres mujeres gordas y viejas cocinando. Aún así, pude ver el cuarto donde tenían el almacenamiento de la comida al otro lado de la cabaña. Bajé de mi tronco y lo llevé hasta el otro extremo por si necesitaba volver a treparme por una ventana. No obstante, dejé caer el tronco al ver que tenían la puerta del depósito abierta, porque había un repartidor metiendo bolsas de harina dentro. Esperé que deje una y fuese por otra para colarme, tenía quince segundos antes de que se diese vuelta de nuevo, había calculado el tiempo que tardaba en regresar con otra bolsa.
    Apenas entré vi las enormes cajas con los huevos de pascua. Abrí una como una rata hambrienta, saqué uno y salí corriendo igual que el corre caminos con un huevo algo destruido por la presión que hice al sacarlo. No podía creer que robé un huevo de chocolate para Margo en un campamento Cristiano. Mis días de vida no dejaban de volverse cada vez más bizarros desde que la conocí.
     Volví al estacionamiento orgulloso con mi botín algo maltratado y me paralicé al ver la puerta de la camioneta cerrada. ¡¿Margo se había marchado?!
     Caminé dando grandes zancadas hasta la camioneta y me la encontré vacía. Estaba a punto de darle su huevo a las hormigas.
     Volví otra vez al campamento y la busqué por las cabañas de las chicas, pero no estaba y no podía estarlo, estaban cerradas. Arrojé el estúpido huevo al suelo y lo pisé con ganas. Me creí su burla para quitarme de encima y yo como todo un idiota robando huevos de pascua por una chica desagradecida que lo único que hace es mandarme. ¡Estaba furioso! Comencé a caminar sin sentido detrás de las cabañas solo para patear cada piña que encontrase en mi camino hasta que la misa termine y vuelva a enfrentarme cara a cara con Margo. 
       Me cansé de caminar y fui a los baños para aprovechar que todavía nadie los había profanado. Odiaba usar los baños públicos, luego de la misa nomas iría al bosque.
     No obstante, me detuve antes de entrar al baño de chicos porque escuché que alguien dentro del baño de chicas estaba teniendo arcadas.
     Toqué antes de introducirme y seguí esas fuertes arcadas. Venían del último baño.
      -¿Margo?... -le llamé conmocionado.
     No me había dejado. La pobre estaba pálida abrazada al inodoro vomitando.
      -¡Margo! ¡¿Estas bien?! -clamé acercándome a ella.
     -¡Sí! Vete no quiero que me veas... así -reclamó volviendo a vomitar.
      -No voy a dejarte así. ¿Llamo a tu tía?... ¿Estás enferma?... -le pregunté mientras le daba masajes en la espalda baja.
      -Ya le dije a mi tía... y no estoy enferma -soltó luego de volver a poder levantar la cabeza del váter.
      -Pues cómo que veo que la siguiente misa será por ti... -comenté sin dejar de frotar su espalda con suavidad. Creo que le gustaba porque dejó de vomitar y se rió por mi patético chiste.
      -No voy a morir... estoy en mis días y tengo unos espasmos terribles -explicó avergonzada.
      -Ooh... por eso el chocolate... ¡Ay perdón! Sí lo conseguí, pero no te vi en el estacionamiento y lo arrojé furioso -confesé apenado.
     Margo volteó a verme asombrada y luego comenzó a reír tomando su estómago porque le dolía.
     -¿En verdad lograste robar un huevo de la bodega? ¿Cómo? -preguntó curiosa.
     -Estaba abierta, están reponiendo mercadería y aproveché para escabullirme -conté orgulloso de mi patético delito.
     -No puedo creerlo... quiero ver ese huevo o no te creeré -determinó levantándose del suelo para ir hacia los lavados.
      -Está todo pisoteado detrás de las cabañas.
      -Al menos no está en el estacionamiento, no creo poder alejarme mucho del baño... -comentó lavándose la cara.
      -Estamos en medio del bosque puedes vomitar en cualquier lado.
      -No es agradable, quiero estar en casa, calentita y limpia en mi cama -se quejó frotándose la cara con ambas manos y apoyándose de espalda contra el lavado después de limpiarse.
     Me acerqué a su lado para apoyarme al igual que ella y me atreví a pasar mi brazo por su cintura. Margo tembló ante mi contacto, pero no me dijo nada.
     -Hay unas bancas afuera, ¿quieres que nos quedemos ahí? -le propuse para que no esté tan incómoda.
     -Esta bien... -aceptó algo nerviosa y salimos de los baños públicos para sentarnos al menos sobre una bancas de madera incómodas y frías.

















   INDISPUESTA-MENSTRUACIÓN-ANDRÉS: CÓMO SEA QUE LE DIGAN ¡ESO TENÍA MARGO! 😂😂😂😂


¡Solo es por los papeles!Where stories live. Discover now