Capítulo 1

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Shelby

2 años después

—No puedes decirle que no a una embarazada—me advierte Cassandra, sujeta su enorme vientre y se acomoda de nuevo en mi pequeño sofá.

Quizás y deba de tratarla mejor de lo que lo estoy haciendo porque no solo es la única amiga que me queda, también es la hermana de mi amado David y a pesar de que recordarlo todavía duele, me gusta sentirme cerca de alguien tan especial para él, supongo que al ser su hermano le pasa lo mismo conmigo .

Intento concentrarme en recoger la ropa sucia que tengo tirada al lado de mi cama, pero como mi departamento es muy reducido no hay lugar en el que pueda esconderme de ella. Sujeto mi cabello rubio en una coleta pensando si no debería despuntarlo esta semana, pero ni siquiera he ido a comprar comida, menos voy a tener tiempo de ir a la peluquería.

—Shelby...—insiste nuevamente con esos ojos verdes más intensos que nunca.

—No te estoy diciendo que no, estoy diciendo que ese día tengo doble turno—frunce su ceño tratando de verse molesta, pero uno de sus mechones pelirrojos se suelta y cae tiernamente en su rostro, en Cassandra el embarazo la ha hecho lucir más tierna, con su rostro un poco más lleno y esas mejillas que se sonrojan cada vez que quiere comer algo nuevo.

—Es básicamente lo mismo ¡Y no creas que no me he dado cuenta de que no has buscado un empleo mejor! Mi hermano te dejó una fortuna, ¡Literalmente es una fortuna! Y tu decides vivir aquí, no es seguro, Shelby—ahora la que intenta verse molesta soy yo, de verdad no me gusta que saque a colación el tema de mi vivienda, sé que después de la muerte de David vendí la casa a la que nos mudamos juntos y me busqué un empleo de mesera en un barrio algo cuestionable, pero es seguro para mí. Ella todavía no puede enterarse de todo el desastre de persona que soy.

—No me dieron nada mejor, Cass y no quiero que me ayudes porque eso significaría trabajar en tu cafetería y con ella.

—Debes olvidar lo de Maia tarde o temprano—me recuerda poniéndose de pie para abrir mi refrigerador, obviamente se lleva una mala sorpresa al ver que está vacío—, demonios, Shelby ¿Qué es lo que comes?

—Claro porque es fácil de olvidar que la ex de mi novio fue a su funeral como si ella fuera la viuda.

—Maia amaba a David, decidió quedarse sola porque se respetó lo suficiente, pero era lógico que reaccionara de esa manera, mi hermano fue alguien importante para ella.

Abre un recipiente que no recuerdo si tiene sobre del pollo agridulce de ayer o de la lasaña del mes pasado, por su expresión creo que es la primera opción, toma un tenedor y comienza a mordisquear la comida.

—Sí, pero no tenía el derecho de hablarme como lo hizo. Yo ayudé a David con su enfermedad, con su trabajo y traté de que ellos dos pudieran estar juntos, no es justo que llegara al funeral como lo hizo.

Suelto con un poco más de fuerza la cesta de ropa en un rincón de mi clóset, solo recordar esa escena me hace sentir enferma. Doy unos cuantos pasos para llegar a la cocina, mi lugar no se conforma de habitaciones, es un espacio abierto en el que las únicas puertas son la del baño y la del clóset, de mi cama a la sala hay como cuatro pasos y de la cama a la cocina unos siete pasos más. No es lo más lujoso que he tenido, pero es funcional.

—Es cierto, perdió un poco el piso. Creo que lo de ellos fue un amor que simplemente no se pudo dar, ninguno de los dos se hacía bien, pero somos humanos y por eso cometemos errores. Maia me ha pedido hablar contigo un par de veces—termina las piezas de pollo sin siquiera calentarlas en el microondas, lo que me parece extraño—, tal vez si trabajas con nosotras y no para nosotras podríamos...—no dejo que termine de decir eso último para no crear más discordia entre nosotras.

Todo o nadaWhere stories live. Discover now