Capítulo 5

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Nico

Entro a mi lugar de trabajo para encontrarme con mi amigo Vicente tecleando sin parar en su laptop, mi oficina no es especialmente cómoda, pero me parece bastante funcional y dominan en ella los colores oscuros para beneficios de mi vista, ya que paso mucho de mi tiempo frente a la computadora que tengo en el escritorio. El sofá en que está acomodado además de ser el único, es bastante duro, por eso me sorprende que esté aquí sin haberme avisado.

-¿El cielo se está cayendo o por qué estás sin rechistar en mi oficina? -me burlo de él tirando el saco que me quité en la sala de juntas, nos reunimos mis hermanos y yo con un cliente potencial y aunque parece chiste fui quién más tuvo que hablar.

-No lo creo y si el cielo se cayera yo sería el primero en saberlo.

-Me parece un poco difícil de creer que no me hayas interrumpido.

-Lo iba a hacer, pero te vi en esa sala de juntas y puedo decir que no conocía a ese Nico. Te dejé tener tu momento para que así tus hermanos vean más del Nico real.

-Ya basta, Vicente ¿Cuál es el verdadero motivo de tu visita? -despega sus manos del teclado por primera vez, hay veces en que creo que nació con eso pegado a sus manos. Dirige su vista a mí examinando el lugar por primera vez con más atención.

-Este lugar sí que parece una bodega. ¿Qué es esta bienvenida? Soy tu único amigo y me tratas terrible-se ríe-, pero, bueno-alarga la letra o de forma un poco perezosa-. Es sobre el niño.

-¿Henry?

-Al menos de que tú y tu no novia tengan a otro niño en el sistema al que cuidan pues sí, es sobre Henry.

-¿Qué pasa con él?-pregunto mientras arrastro mi silla cerca de él, no parece ser una conversación rápida si se quedó aquí a esperarme.

-Lo van a trasladar de ciudad.

-¿Qué? ¡No! ¡No pueden hacer eso! ¡Él está bien aquí! -mi amigo me ve con un poco de pena, pero entiende la situación, aunque trata de no mostrar mucho sus sentimientos, él mismo fue un niño huérfano que sufrió y padeció mucho de lo que le sucede a Henry.

-Escucha, Nico. Henry es un niño con mucha suerte porque los encontró a ti y a ricitos dorados, pero leí lo que las encargadas escribieron en su expediente, el niño no se relaciona con los de su edad ¡No sabe cómo!, no habla si no es contigo o ricitos y además le tiene miedo a todos los hombres adultos. No pueden hacer nada, ni todo el dinero del mundo puede arreglar toda la mierda que ha vivido. Tienen que dejarlo ir.

Una cosa es creer que en otra institución será mejor cuidado, pero ¿Llevárselo de la ciudad? Sol no estará contenta con todo esto.

-¡No!-mi voz es tan firme que nos sorprende un poco a los dos-, Henry es un niño que merece mucho más que eso, él no debe irse ¿Te das cuenta de todo lo que le va a afectar adaptarse a un entorno tan nuevo? No entiendes lo mucho que tiene para dar, él...

-¡Nico! ¡No te atrevas a decir que no sé por lo que él está pasando porque yo mismo lo viví! Lo que estoy viendo es tu negación, lo quieres y es entendible, pero una ciudad nueva solo significa que habrá más oportunidades para él de ser adoptado.

Vicente suele ser la voz de la razón, soy un poco más temperamental que él y siempre estoy de su lado cuando las cosas se ponen peligrosas, solo que en esta ocasión siento una opresión en el pecho que me cala profundo, no quiero que me alejen de Henry, él y Sol son por mucho lo mejor que tengo.

-Henry es nuestro...-susurro pasando mis dedos por mi cabello, los mechones rubios que tanto batallé en arreglar ahora están por todos lados de mi cara.

Todo o nadaWhere stories live. Discover now