Capitulo 1

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Esos hermosos ojos verdes mirándome tan intensamente mientras con su mano me coloca un mechón de pelo detrás de la oreja, esos labios carnosos tan cerca de los míos, muero por besarlos.

—Eres hermosa Alejandra —me dice acariciado mi rostro, le sonrío tímidamente

—Gra-gracias. —Tartamudeo, siento que me sonrojo y bajo el rostro para que no se dé cuenta.
Con su mano en mi mentón hace que levante la mirada y me sonríe.

—Tengo muchos deseos de besarte, me estoy conteniendo para no hacerlo —me dice y no sé de dónde saco el valor de responderle:
—Pues no te contengas.

Me sonríe y se va acercando hasta que sus labios se unen con los míos, se sienten suaves y húmedos, el beso es tierno al principio y luego se va volviendo intenso, su lengua reclama la mía de la manera más deliciosa posible. Se separa un poco para ir dejando un rastro de besos desde mis mejillas hasta quedarse en mi cuello... —Ahh. —Se me escapa un pequeño gemido cuando siento su lengua en mi cuello.

Elevo las manos para acariciarlo. Subo desde sus fuertes brazos hasta su pelo, se siente tan suave y sedoso, debe oler delicioso. Giro un poco la cabeza para aspirar el olor de su cabello. Su aroma es algo peculiar, huele a limón y a... ¿humedad? Más específicamente a perro mojado... un momento... ¿perro mojado?

Abro los ojos de golpe y veo a mi perra Hana encima de mi lamiendo mi cuello muy cariñosamente. «Rayos... era mi perra y no ese guapo hombre de mis sueños». Todo va bien hasta que me doy cuenta de algo; la razón de ese olor a humedad en ella, Hana está completamente mojada encima de mi.

—¡Hana, baja de la cama! —La reprendo y ella obedientemente baja y se va... eso sería lo ideal, pero mi querida mascota es de todo menos obediente y en vez de bajarse de la cama se sacude y termino empapada y con olor a perro mojado. «¡Genial!».

Me levanto y voy hacia mi baño, me quedo un rato bajo la ducha para luego salir y ponerme unos pantalones cortos blancos y una blusa del mismo color. Bajo a desayunar y encuentro a mi madre desayunando.

—Buenos días mamá.

—¡Buenos días Ale! —Responde con más entusiasmo de lo habitual. Me preparo mi desayuno favorito: leche con cereales, y me siento junto a mi madre.

—Hija tengo muy buenas noticias —dice con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Qué sucede mamá?, te noto muy feliz hoy.

—Pues... una compañera del trabajo me comentó hace unas semanas que estaban dando becas para estudiar en España y pues solicite una beca para que puedas estudiar allá, se demoraban con las respuestas y pensé que no te habían aceptado perooo... —Hace una pausa. —Hoy me llegó un correo de la universidad ¡y te aceptaron! —Termina de decir aquella frase prácticamente gritando.

Yo estaba en shock, no sé que decir, por un lado estoy feliz por tener una beca para mi universidad, pero por otro lado no quiero irme de aquí, viajar a España sola. Estar lejos de mi madre y de todo lo que conozco me asusta un poco; además de que mi madre no ha contado conmigo para tomar esa decisión.

—Hija, ¿no dirás nada? ¿No estas feliz? Podrás estudiar Química como querías.

—Pues sí, supongo —digo no muy segura.

—No te veo muy contenta con la noticia —dice cambiando su expresión de felicidad a una de duda.

—No sé mamá, estoy feliz de tener la beca, solo que no quisiera irme tan lejos, sin ti, en otro país que no conozco.

—Hija por mí no te preocupes, yo voy a estar bien, y con respecto a irte a España, piensa que es una gran oportunidad, estarás estudiando la carrera que querías, puedes conocer ese país que es muy bonito, podrás hacer nuevas amistades, y quién sabe si hasta te consigues un novio —dice con esa sonrisa pícara que tanta vergüenza me da.

—Mamaaá. —Me quejo y ella sonríe más ampliamente. —Bueno está bien, supongo que es lo mejor para mí —digo y me levanto para ir a mi cuarto.

—El vuelo es en dos días. —Paro en seco al escucharla, aún falta una semana para que acaben las vacaciones y ni siquiera podré ir al festival del cierre de verano.

—Genial, iré a hacer las maletas —digo de mala gana retomando el camino hacia mi habitación.

No me lo puedo creer, en solo dos días tendré que dejar mi casa para irme a España. Desde la muerte de mi padre hace tres años mi madre y yo hemos sido inseparables, somos un equipo junto con Hana, mi pequeña cocker spaniel. Separarme de ellas será duro, pero no puedo decepcionar a mamá, ella está muy emocionada con que yo tenga mi beca allá y supongo que será bueno para mí conocer otro ambiente, hay que ser positivos ¿Qué puede salir mal?

Cambio de Planes©️✔️Où les histoires vivent. Découvrez maintenant