Tócala otra vez

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Me encontré una pelota azul. Se ve un poco extraña. Parece una pelota mágica.

—¡Mira Rafa! Una pelota mágica.
—¡Vaya Sofi! Parece que tendremos que averiguar cómo se usa.
—Hmmm... Quizá puma, bestia y águila sepan cómo usarla.
—No lo sé, tendremos que preguntarles.

—¡Hola Puma! ¡Hola Bestia! ¡Hola Águila!
—¡Hola Sofía! ¿Qué te trae por nuestro mundo?
—Sofi encontró esta pelota celeste, y parece que es una pelota mágica. ¿Ustedes saben cómo se usa?
—¡Vaya! ¡Pero si es una pelota celeste! ¡Por supuesto que es mágica!
—¿En serio Bestia?
—Oh, si si si, tienes que tocarla seis veces.
—Una... Dos... Tres... Cuatro... Cinco... Seis.
—¿Por qué no pasó nada? –preguntó Rafael–.
—Era siete veces bestia, tócala otra vez Sofía.
—¿Seguro Puma?
—Sí, tócala otra ves –afirmó Puma–.
—Siete...
—No pasó nada –volvió a decir Rafa–.
—No, así no se hace. Tiene que tocarla siete veces seguidas. Tócala otra vez, pero ahora tú Rafa.
—Okay, lo haré. Uno, dos-tres, cuatro, cinco-seis-siete.
—¡Muy rápido! ¡Tienes que hacerlo más lento!
—Ah... Perdón. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete.
—...
—(?)
—...

De pronto, todos vimos como unas nubes bajaban, y luego, nos subimos a ellas, y nos subieron al cielo.

Al llegar ahí, solo tuvimos que dar unos pocos pasos para volvernos a encontrar frente a la puerta negra llena de piedras preciosas.

—¡Wow! ¡Pensé que nunca íbamos a volver!
—¡Ya lo sé!
—¡Rafa!, ¿Aún tienes la llave?
—Eh... ¡Sí, aquí la tengo!

Después de que Rafa insertara la llave en la puerta, poco a poco, la parte de en medio se fue desvaneciendo.

—¿Entramos? –preguntó Rafa–.
—¡Sí, vamos a entrar!
—¿Nonono crecreen que es mumuy peligrososo?
—¡Vámos bestia, no seas tan bestia! ¡Hasta una gallina es más valiente que tú!
—Bien Águila, esesta bienn.
—¡Apúrense chicos, los niños ya están entrando!

Rafa y yo entramos a ese lugar... ¡Era demasiado...! Normal.

—¿No debería haber muchas cosas grandiosas aquí adentro?
—Hmmm... Supongo que sí, pero todo se ve como en nuestro mundo.
—Quizá, como este mundo es diferente al nuestro, nuestro mundo es demasiado fantástico para ellos.
—Eso tiene mucho sentido Sofi, después de todo nuestro mundo también es muy hermoso.
—¡Sí! ¡Mira esos animales! ¡Son hermosos!
—¡Ah, ¿Ya viste a los pandas!?
—¡Sí!

—¡Vaya! ¿Así es su mundo? –admiró Águila–.
—¡Sí!
—¡Qué bonito está!
—¡Aquí ya no tengo miedo!
—Creo que deberíamos aprender a valorar nuestro mundo también.
—Es verdad Rafa, eso creo.



¡Buena día! Pues les dejo el catorceavo reto. También concluyendo la primera historia de Sofía y Rafael en "Entre la tiniebla".

Hope you like it!

Au revoir!
~Katana

Treinta hisotrias para pasar el ratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora