chapter five

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Desde la llegada de la carta de aceptación de Harry en Hogwarts, todo el mundo había estado de enhorabuena, aunque era de esperar que asistiera al colegio cuando tuviera la edad necesaria

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Desde la llegada de la carta de aceptación de Harry en Hogwarts, todo el mundo había estado de enhorabuena, aunque era de esperar que asistiera al colegio cuando tuviera la edad necesaria. Pero para James y Renata, era un momento bastante agridulce para la pareja, ya que su hijo mayor se estaba preparando para ir al colegio. Estaría fuera durante meses, algo en lo que apenas habían pensado hasta que llegó la carta. Y les resultaba difícil aceptar que el pequeño Harry estaba creciendo de verdad.

Incluso cuando se acercaba su undécimo cumpleaños, algunos días, Renata seguía viendo la versión infantil de Harry que llegó a conocer años atrás. El que le había robado el corazón y le había enseñado todo lo que sabía sobre ser madre. A pesar de todo lo que había sucedido en sus primeros momentos de vida, Harry había sido un niño tan amable y cariñoso, algo que seguía llevando consigo al crecer. Y a Renata le encantaba rememorar recuerdos, como el de Harry ayudándoles a cocinar las primeras veces en la cocina o cuando se negaba rotundamente a ponerse las gafas.

Pero su favorito fue probablemente cuando la llamó por primera vez "mamá". En aquel momento, la palabra parecía un tabú, simplemente porque Renata aún no había aceptado sus propios sentimientos. Le aterraba la reacción de James, sin embargo, al recordarlo ahora, le hizo sonreír.

Y en lo que respecta a James, siempre había esperado con ansias el momento en que Harry saliera del colegio, apostando todo a la idea de que Harry fuera clasificado en Gryffindor. Sin embargo, ahora que había llegado el momento, simplemente no podía creerlo. El tiempo se movía más rápido de lo que él esperaba. Recordaba a sus padres diciendo esas cosas cuando era más joven y siempre pensó que estaban siendo un poco dramáticos, pero como padre él mismo, finalmente lo entendió.

Un día, había estado sosteniendo a su primer hijo, de apenas unos minutos de edad, aterrorizado en todos los sentidos de que, de alguna manera, iba a terminar dejando caer al recién nacido y, aparentemente, al siguiente, Harry estaba saliendo disparado hacia la escuela.

Al mirar en dirección a Renata, supuso que ella estaba pensando algo parecido. Intercambiaron sonrisas silenciosas para no interrumpir a Harry leyendo su lista de suministros en voz alta en la mesa.

Harry no parecía demasiado entusiasmado con la idea de llevar un uniforme, pero cuando llegó a la segunda lista de artículos, sus ojos se iluminaron de emoción.

-Una varita- dijo -¿significa eso que por fin podemos ir a Ollivander's y conseguirla? Allí es donde Huxley fue a buscar la suya.

-Por supuesto- respondió James -creo que la familia Potter siempre ha sido fiel al nombre Ollivander. Y además, es prácticamente la única tienda de varitas de buena reputación por aquí. Aunque creo que todavía se puede encontrar alguna de Gregorovitch por ahí.

A Harry no le importaba realmente ninguna rivalidad en el negocio de las varitas, lo único que sabía era que quería conseguir su varita en el mismo lugar que uno de sus amigos. Y también quería conseguirla cuanto antes, porque Huxley le había dicho que había sido muy divertido poder probar algunas varitas antes de encontrar la suya.

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