treinta y cuatro

2.6K 400 109
                                    

スカーレット・ラブ
Amor escarlata; capítulo treinta y cuatro
«La Hokage...»

• • •

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

• • •

































































❝La gente más fuerte no es la gente que siempre gana sino la gente que nunca se rinde cuando pierde.❞────Ashley Hodgeson.

Konohagakure, la aldea liderada por una Uzumaki, veía con tranquilidad a su gente que vivía en paz y sin problemas desde que Miko tomó el puesto de Hokage. A veces la veían pasear por las calles, algunas de tierra y otras de asfalto, siendo acompañada por su fiel león y su concejero no oficial, Shikamaru, conversando con algunos aldeanos para fijarse si todo estaba en orden o si necesitaban algo. Se daban ideas entre sí, el Nara aportando más pero con vagancia, pero que de igual manera era felicitado por la pelirroja que le daba unos días de descanso o le reducía las horas de trabajo. Ahora dirigieron sus miradas de diferentes colores a la Hokage que estaba parada arriba de su escultura, de brazos cruzados y con su capa meciéndose gracias a la suave brisa que acariciaba las pieles de la gente. Alzaron sus brazos, saludándola desde abajo y recibiendo también un saludo por parte de ella que desapareció en una nube de humo.

Ella hacía lo mismo cada vez que se iba a misiones, o acompañaba a algunos grupos de distintos rangos a hacerlas para ayudarlos en lo que sea y que aprendiesen ciertas cualidades que los grupos deben saber. Miko siempre iba a su rostro para ver todo el trabajo que hizo durante esos tres años, pero también para recordar los momentos que vivió con Takeshi y Naruto en esas calles que habían sidas pisadas por su familia. Como si con esos recuerdos le diesen fuerza para volver con vida y seguir recordando esas vivencias.

 —La Hokage se va a una misión, ¿viste? —dijo TenTen a Neji, el cual se había quedado viendo el rostro de la Uzumaki—. Es raro.

—¿Por qué lo dices? —cuestionó el oji-perla, volteándose a verla.

—Porque hace unos horas el equipo de Asuma-sensei se fue, y según Shikamaru la misión que ellos harían era peligrosa y no había otra más del mismo rango por el momento —informó, recordando las simples y vagas palabras del Nara.

—La Hokage también podría haberse ido con un grupo de genin —dijo con simpleza el Hyūga, pero la mirada que vio en ella no era una tranquila, era una alarmada pero a la misma vez seria—. Vamos, tenemos entrenamiento.

Naruto gritó de frustración por cuarta vez, notando como sus manos se quedaban congeladas para luego poder moverlas con suavidad. Miró suplicante al león rojo que lo estaba entrenando en lugar de su madre, no podía creer que la técnica que hacía su padre fuese tan difícil para él. Ya llevaba cuatro veces que alguna parte de su cuerpo se congelaba en mitad de la técnica y tenía que esperar a que su cuerpo reaccione y así poder moverse. No era un congelamiento con hielo, era más un paralizante que recorría ciertas zonas. Takeshi carcajeó, burlándose de la nula paciencia del rubio y le dijo que nuevamente lo haga.

❛ 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐞𝐬𝐜𝐚𝐫𝐥𝐚𝐭𝐚 ❜ ;; naruto, naruto shippudenWhere stories live. Discover now