cincuenta y dos

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スカーレット・ラブ
Amor escarlata; capítulo cuarenta y dos
«remolino de emociones»

スカーレット・ラブAmor escarlata; capítulo cuarenta y dos«remolino de emociones»

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Especial.
Narrador: Uzumami Miko.

Sus palabras me exaltaron, ocasionando que abriese aún más los párpados. Deidara parecía no mentir; es más, parecía lo suficiente abochornado por la situación como para que algún rastro de mentira pueda delatarlo. Inhalé una gran parte del aire húmedo que se hospedaban en las mazmorras, pensando profundamente en lo dicho por el rubio. 

Asentí, aludiendo falsamente compresión al tema sacado a la luz. La cosa era que no llegaba a entender como un criminal que tiene una obsesión a las explosiones pudiese haber mandado una alerta que advirtiese el peligro que yo correría al ir a esa reunión. 

Apoyé la palma de mi mano en mi mejilla, recargándome sobre la mesa de metal que estaba más fría que nunca. Moví con lentitud mi cabeza, como si aquello me ayudase a traer las posibles respuestas a la interrogante que volaba en mi mente. Volví a observar al mocoso, encontrándolo ya observándome como tarado pero a la vez serio. 

—¿Podrías explicarme a qué te refieres con todo esa... palabrería? —salió de mis labios en un tono cansando, porque estaba ya cansada mentalmente de toda esta situación.

Escuché el golpeteo errático del corazón del blondo, posiblemente temiendo soltar algo que lo perjudicaría y se ganaría mi más rotundo odio o por los simples nervios que fluían por su sistema. Me parecía más razonable la primera opción.

—Yo... es raro, realmente extraño la verdad —comenzó a divagar, ocasionando que cerrase los ojos con cansancio y harta. Supongo que lo percibió al oírlo carraspear para aclarar su garganta—. Crecí escuchando historias tuyas, de lo genial y poderosa que eras y sigues siendo, ¡también de las explosiones de sangre! Que, cabe aclarar, son dignas obras de arte —asintió firme en su comentario, sin causarme mucho sentimientos.

Ah... ¿cuántas personas ya me habían dicho lo mismo? 

—Quería ser como tu, tan genial, poderoso, que mis enemigos me teman por las explosiones que llegaría hacer —siguió, manteniendo su tono de voz serio y hasta melancólico. Abrí mis ojos, volviéndolo a ver—. Pero ocurrieron cosas, aparecieron los estúpidos Uchiha que ojalá y espero se queden ciegos por su shiringin —una pequeña sonrisa surcó mi rostro ante la clara burla empleada por el criminal que rodaba los ojos con un gran odio hacia la familia del mocoso de los dangos—, y me tuve que conformar ser un criminal para poder libremente hacer lo que me gustaba. Tsk, me estoy desviando.

❛ 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐞𝐬𝐜𝐚𝐫𝐥𝐚𝐭𝐚 ❜ ;; naruto, naruto shippudenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora