«Mi peor error fue enamorarme de alguien capaz de destruirme»
Emma es una chica de diecisiete años aparentemente normal, forma parte de una de las familias más adineradas del apacible Logroño, en la provincia de La Rioja. Su vida es plácida, su fami...
Mi despertador suena, me envuelvo un poco incómoda en las sábanas. Comienza mi último año de instituto. Estoy muy entusiasmada por ir a la universidad, pero detesto madrugar. Me levanto de la cama frotándome el pómulo de los ojos con los nudillos.
Me doy una ducha y me visto sencilla para ir a la escuela. Unos jeans negros y una blusa con mangas del mismo color. No me aplico nada de maquillaje y me recojo el cabello en una coleta.
Bajo a la salada de estar, donde mamá me recibe con un beso y el desayuno preparado.
— Buenos días cariño — saluda — ¿Estas preparada para tu último año?
— Estoy demasiado emocionada — digo con una sonrisa — ¿Papá no vino hoy tampoco?
— Tiene mucho trabajo — suspira triste.
Mi padre es un gran hombre y siempre me consiente. Trabaja mucho y gracias a él somos una de las familias más ricas del pueblo. Pero nunca está en casa y lo extraño demasiado.
Me despido de mi madre y voy camino a la escuela cuando mi teléfono comienza a vibrar. Es un número desconocido.
— Hola — contesto pero nadie responde — ¿Hola? Se que hay alguien ahí, puedo escuchar tu respiración.
Y entonces cuelga, con el ceño fruncido aún sin comprender quien era guardo mi celular en mi mochila. Entonces chocó con un chico haciendo que todos mis libros caigan al suelo.
— Lo siento — susurro mientras me agacho para recoger mis cosas - No te ví.
— Ya — responde únicamente mientras baja ayudarme.
— No es necesario — le digo mientras levanto la mirada y sus ojos azules se cruzan con los míos.
Tiene una mirada fría. Es blanco, demasiado diría yo. Su cabello color café se escapaba rebeldemente del gorro que traía puesto. Carece de ojeras y sus pómulos están bien marcados, me permito observar sus labios y son un poco rosado y gruesos. No puedo evitar ver sus músculos marcados, se ve que hace mucho ejercicio. Es muy atractivo. Aunque nunca lo había visto antes, tendrá unos pocos años más que yo. Será nuevo o vendrá de visita. Porque el pueblo Logroño están pequeño que todos nos conocemos.
Terminamos de recoger todo y le doy las gracias a lo que el solo responde con una mirada y sigue caminando.
Cuando llego a la escuela Natalia, mi mejor amiga me recibe con un beso en la mejilla.
— Dicen que va a entrar un chico nuevo — comenta coqueta — Y que está buenísimo.
Yo la miro sin expresión alguna y me encojo de hombros. Saludamos a otras chicas y nos ponemos a platicar. Hasta que las puertas principales se abren haciendo que todos hagan un silencio y entra por la puerta el chico nuevo. El mismo chico de antes.
Camina por los pasillos y comienzan las miradas y murmullos departe de los demás estudiantes, incluida Natalia. Yo me limité a poner los ojos en blanco y me dirigí hacia el baño.
Cuando salgo veo una sombra en la puerta y está el, el chico misterio y atractivo mirando a un punto fijo en la pared. ¿Me está siguiendo?
— Este es el baño de chicas — comento captando su atención.
— Ya — respondió en tono seco como la vez anterior.
— ¿Me estas siguiendo? — pregunté mientras fruncía el ceño.
— No eres tan importante niñita — bufó aún sin mirarme — estoy esperando a mi hermana.
Justo en ese momento sale una chica del baño. Es muy guapa, tenemos la misma estatura, ella es un poco más delgada y tiene las mismas facciones que del hermano, creo que son gemelos.
— Hola — saluda y el chico solo asiente con la cabeza - Yo soy Alice y este es Liam
— Hola — le sonreí — Me llamo Emma.
— Mucho gusto — cogió la mochila que cargaba el otro — Nos vemos por ahí.
Y sin más se fue y el chico no me miró en ningún momento.
...
Estábamos en el turno de historia y Natalia no paraba de hablar de Liam, me tenía loca, si supiera lo maleducado e idiota que es. Desde que entraron los chicos nuevos no se habla de otra cosa. A mi no me parecen nada interesante.
— Bueno alumnos — habló la maestra haciendo que la chica de mi lado se callara — Ya es hora de salida, pero antes quería comentarles una cosa. Como ya saben los Scott entraron nuevos y me preguntaba si usted señorita Jones, podía ayudarlos a estudiar ya que están un poco atrasados y además mostrarle el colegio.
Nunca he sido una mala persona, pero no me interesa ayudar en nada a ese chico desagradable, pero su hermana no tiene la culpa de que sea un idiota, Alice me cae muy bien. Así que solo por ella — o eso quiero creer — los ayudaré.
— Está bien — me encogí de hombros — Pero solo 3 días a la semana, el baile me toma mucho tiempo. Podrán ser los lunes, miércoles y viernes y algún sábado.
Desde que era pequeña mi pasión a sido el baile, cuando estoy en el tablero siento que puedo ser yo misma, sin límites.
— De acuerdo — respondió la profesora.
En un momento me volteé a ver a los hermanos, Liam miraba a la nada, parecía perdido en sus pensamientos, pero cuando sonó el timbre, se fue sin decir una palabra. Alice solo sonrió en modo de disculpas y se fue a buscarlo
Esto iba a ser más difícil de lo que pensaba.
Nota de la autora:
Espero que les haya gustado el capítulo y si es así no olvides dejar tu estrellita y comentar tu opinión.
Los primeros capítulos serán un poco cortos, tengan en cuenta que era mi primera historia y no tenía mucha experiencia.
Si encuentran algún error les agradecería mucho que me hicieran una recomendación en los comentarios.
Los amooo...
EVELYN M.
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