Capítulo 3. La verdad tras un corazón que se engaña a sí mismo.

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Dr. Stone no me pertenece es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia.

-.-

"¿Escuchas el sonido de algo rompiéndose? Es el sonido de mis ilusiones bajo tus pies"

.-.

No hubo nada más que decir en realidad. 

Las cosas cayeron por su propio peso y Luna se mudó al departamento de Senku y Kohaku, a pesar de la negativa de éste a tal acto ilógico de repentina "solidaridad".

Kohaku por su parte, permanecería en el departamento al menos hasta que el bebé naciera. O ese fue el acuerdo al que llegó con Senku después de otra infructuosa charla sobre el futuro de su ya fracturada relación; está de más decir que ella ignoró cualquier intento del chico por enmendar el error de su no tan pequeño desliz.  

Fue difícil, pero Senku la convenció de quedarse con la única condición de que sometería al bebé a una prueba de ADN apenas éste naciera. Para ser honesto, él aún guardaba ciertas dudas al respecto, sin embargo de ser positiva su paternidad, asumiría la responsabilidad pero definitivamente no se casaría con Luna.

No la amaba, él amaba y amaría a esa testaruda Leona. El anillo aguardaba pacientemente en un lugar seguro, esperando ser usado por la única dueña a la que pertenecía y para la que fue creado. 

Los días transcurrieron veloces y para Kohaku se convirtieron en un lapso eterno de dudas, incomodidad y un extraño sentimiento que comenzó a crecer en su interior. 

Con el pensamiento y la cabeza en otro lugar, Tsukasa le pidió que se tomara unos días de su empleo como instructora en el Dojo. La propuesta no agradó a Kohaku y mucho menos la mirada de compasión o lástima que tanto Tsukasa como sus otros amigos le dedicaron cada vez que hablaron con ella. 

Al parecer, ante sus ojos, Kohaku no era más que un animalito herido que necesitaba la compasión de los demás. Y eso la molestó más de lo que estaba dispuesta a admitir.  

— ¿De verdad te encuentras bien?

Kohaku salió de sus cavilaciones al escuchar la voz de Senku desde la puerta, honestamente creyó que estaba dirigiéndose a ella. 

Fue una ilusa.

El científico estaba a punto de salir para dirigirse al laboratorio, pero se detuvo al ver a Luna, quien tenía la cara descompuesta por algo que él no supo identificar. Senku consideró que lo más sensato fue preguntar.

Aunque la pregunta sorprendió un poco a la chica Estadounidense ya que desde que irrumpió en la vida de Senku, éste se volvió distante con ella y ésta fue la primera vez en esas dos semanas en la que él le dirigió la palabra.

—No es nada grave Senku, sólo es el bebé que ocupa demasiado espacio.

Él comprendió entonces el motivo de su malestar.

—Durante el embarazo, el bebé desplaza alguno de los órganos de la madre en su afán por ganar espacio, lo que quizá te dificultará inspirar aire. —le informó.

Sin embargo, aquello no le importó a Luna. Podría soportar dicho inconveniente con tal de que su pequeño se desarrollara bien. 

—Mi número y el del laboratorio están en una nota pegada en el refrigerador, llama si necesitas o sucede algo. 

Una sonrisa creció en los labios de Luna, dirigida a Senku para tratar de tranquilizarlo. Le reconfortó saber que aun cuando no expresara abiertamente su preocupación, el tono y pequeñas acciones de Senku lo hicieron por él.

Giros del Destino.Where stories live. Discover now