Capítulo 4. Eres sólo una sombra de lo que una vez fuiste.

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Dr. Stone no me pertenece es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia.

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"¿Por qué debería creer en tus palabras? Lo único que han hecho es lastimarme"

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¿Cuán fácil era acostumbrarse a algo?

Aparentemente, para Senku la respuesta fue sencilla: rápido, muy rápido. 

La situación con Kohaku iba en picada, la existencia de Senku en la vida de esa Leona se redujo a prácticamente nada y ella únicamente le dirigió la palabra sólo cuando era estrictamente necesario. A pesar de los intentos de Ishigami por recuperar el vínculo afectivo, éstos no surtieron efecto alguno sino todo lo contrario.

Notó a Kohaku cada vez más irritada y ojerosa, sin importar cuánto ella tratara de disimular su condición. En cierta medida la culpa se la adjudicó a sí mismo, él era el causante de la desdicha de la mujer que amaba. 

Y Senku no quería seguir lastimándola de esa manera.

Su estúpido e ilógico corazón se retorció ante la idea de que Kohaku pudiera abandonarlo, quizá Senku era un cínico y egoísta al querer retenerla a su lado aún en esa situación ¿acaso esperaba que la Leona aceptara gustosa el quedarse con él y Luna cuando ese bebé naciera? ¿Que ella cuidara del hijo que su novio tuvo con otra mujer producto de un engaño?

Kohaku era una mujer excepcional pero tenía un límite, y Senku sabía que sólo era cuestión de tiempo para que éste llegara.

— ¿Qué te parece, Darling?

¿Qué le parecía qué cosa? Senku se ahogó en sus propios pensamientos y en algún punto perdió el hilo de la conversación que estaba teniendo con Luna.

—Disculpa Luna, estaba pensando en el trabajo. —mintió para no hacer sentir mal a la chica.

Ella no pareció darse cuenta de ese ínfimo detalle o decidió pasarlo por alto.

—Te pregunté por el nombre que le pondremos al bebé. —Luna acarició con cariño su abultado vientre, jugando por encima de la bata de maternidad y formando diferentes figuras en la tela.

Oh claro, el bebé.

Senku trató de volcar toda su atención a la mujer embarazada, ignorando su deseo de levantarse y cruzar la habitación e ir al cuarto de lavado en busca de Kohaku, quien estaba lavando su propia ropa esa tarde de Domingo.

— ¿No has escogido uno ya? —A estas alturas, Senku intuyó que Luna ya habría elegido algún nombre para ese bebé.

Ella negó con la cabeza mientras una risita nerviosa nació de sus labios, por lo general ella solía llamar a la criatura por el apelativo de "bebé" sin tener la menor idea de cómo nombrarlo en el futuro.

El rubor en las mejillas de Luna se extendió a niveles insospechados y Senku se percató de ello. Algo tan típico en ella que de antaño consideró este gesto como una clara muestra de su atracción por él, y él no quería eso ahora mismo, fue por esta razón que se negó rotundamente a acoger a Luna en el departamento.

—Esperemos a que nazca para tomar esa decisión. —dijo escueto, apartando la mirada a un lado para buscar señales de Kohaku. 

No tuvo suerte.

Impaciente por levantarse, Senku zanjó el tema con esa oración, dejándole en claro a Luna que por el momento el asunto de un nombre no era relevante. Sin embargo, apenas él intentó retirarse, ella se lo impidió al soltar un audible quejido.

Giros del Destino.Where stories live. Discover now