Rompiendo mis reglas #1 © (Versión 2021)

28 | ¿Besos sin amor? 🔞

❝ ¿Besos sin amor? ❞

Copenhague, Dinamarca

20 de Marzo del 2017

Anheli

Termino de cerrar mi maleta y suspiro cansada por todo lo que he tenido que guardar. Giro mi rostro a un lado para ver como la habitación vuelve a quedar vacía luego de haber estado casi un mes aquí.

Sonrío feliz por haber encontrado a mi hermano y de tener ahora una gran relación con él, al igual que con su familia y mucho más, con mi pequeña sobrina. Cuando le comentamos que me tenía que ir se puso a llorar, y fue aún peor cuando le dijimos que Lucas también se iría.

Al parecer los pequeños habían iniciado una amistad muy bonita, a pesar de no haber empezado tan bien. 

Meto mis colonias, mis joyas, mis cuadros en mi otra maleta pequeña y me quedo quieta al ver el cuadro con la foto de Cristian y yo en ella. Un nudo se forma en mi garganta y me dan ganas de llorar pero no lo hago, ya no tenía lágrimas, solo un gran vacío en mi pecho que esperaba muy pronto volver a llenar.

Agarro el cuadro con mis dos manos y acaricio la foto en medio, sonrío a medias al ver la imagen donde estábamos muy felices. Me quedo embelesada mirando el cuadro cuando unos toques en mi puerta me sobresaltan por el susto.

Giro la cabeza rápidamente y veo que Cristian está apoyado en el marco de la puerta con los brazos cruzados. Baja la mirada hacia el cuadro y noto que su cuerpo se pone tenso al saber de que trataba la fotografía.

—¿Piensas botarlo? —pregunta señalando con su cabeza lo que tengo en manos.

Frunzo el ceño y luego ruedo los ojos, cansada de la actitud que tenía desde hace unos días conmigo, después de que salió del hospital.

—Lo que haga o no con mis pertenencias, no te incumbe en absoluto. —respondo sin mirarlo guardando con cuidado el cuadro en mi bolso.

—Tienes razón —dice a mis espaldas y giro.

—¿Necesitas algo?

—Solo venía a decirte que te estamos esperando. Te irás en la camioneta con Scott, Indira y Rodrigo, yo me iré con Lucas, Esteban y Jacobo. —su voz es dura.

Quiero irme contigo es lo que pienso pero obviamente no lo diría en voz alta. No en la manera en como nos tratábamos ahora.

—Bien, ya bajo. —es lo único que digo.

Cristian hace el ademán de girar su cuerpo para irse pero vuelve a mirarme, con el ceño fruncido, al parecer molesto por algo.

—¿Quieres que te ayude a bajar la maleta? —pregunta y alzo las cejas sorprendida por lo que dice.

Es por esas actitudes que el pelinegro me mareaba por completo. Habían momentos en que no me quería cerca, me trataba mal y era déspota conmigo, pero otras veces, solo a veces, volvía a ser el Cristian cariñoso y caballero que yo tanto quería.

Y sí, unos cuantos días de mierda no son para nada suficientes para disminuir el cariño que le tenía y dudaba enormemente que en algún momento fuera a suceder.

—Yo puedo sola. Gracias de igual modo —respondo intentando que no se me note el nerviosismo en la voz.

El pelinegro asiente y me da una última mirada para salir de la habitación e irse.