Capítulo 8.

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De nuevo a la rutina. Después de esa semana de vacaciones llena de sorpresas volvíamos a la misma mierda y encima Mario no me había hablado.

Me levanté a las 7 y me fui a la ducha, tuve que darme prisa porque aunque vivo al lado del instituto, siempre llego tarde. Al salir de la ducha vi que me estaban llamando, al intentar ir corriendo me resbalé y caí. Me metí de bruces contra el suelo y se me quedó bastante dolorida una costilla pero me levanté, me vestí y salí hacia el instituto.
Al llegar, miré mi movil. Oh no, Mario es quién me ha llamado. Se la devolveré en el recreo. Me senté al lado de Mel, mi mejor amiga y las tres primeras horas se me pasaron volando a su lado. Alex no había aparecido, así que estuve más tranquila.

Beep...beep. Nada, no lo coge. Será canalla. Me llama y ahora ni se digna a cogerme el teléfono.
Entré enfadada a clase y encima Javi vino diciéndome que Alex había tenido un accidente con la moto.
Se me paró el mundo, cierto que llevábamos ya un mes sin estar juntos...pero lo quería. Javi empezó a decirme que fuéramos, que me llevaba él.
Estaba confundida, no sabia que hacer si os digo la verdad. Porque, ¿qué narices pintaba su ex novia allí cuando él la había dejado? Seria demasiado raro, pero la incertidumbre me estaba matando.
Mar, la profesora de biología me empezó a zarandear.
- ¿Que pasa?- Pregunté.
-¿Te encuentras mal?- Pregunta respuesta.
- Solo tengo que salir un momento al baño, gracias.- Ella no me respondió así que di por válido su silencio y salí medio corriendo hacia el lavabo, me eché a llorar. No soportaba la idea de que le pudiera haber pasado algo grave a él. Picaron a la puerta la cual daba al lavabo en el que yo estaba.
-¡Paula, abre la maldita puerta!- Javi, mi amigo. Opté por no responder. - Venga, joder! Yo también estoy preocup...- Calló de golpe.
Abrí la puerta del baño y lo vi ahí parado con su móvil en la mano. Me abrazó y me susurró. - Alex esta bien y vuelve a la hora del patio.- lo abracé con tanta fuerza que casi lo asfixio.
-Me alegro muchísimo!!!!- Empezé a reír y a saltar.
- Venga niña risueña, volvamos a clase.
Lo seguí y entramos, mi niña, Mel sabia que había llorado y me abrazó al instante. Las dos horas siguientes de clase se me hicieron eternas, solo quería verlo y saber que estaba bien con mis propios ojos.
Salimos al patio, mis amigas y yo siempre íbamos al rincón donde nos escondíamos para fumar, por que es evidente que dentro esta prohibido. Así que nos buscamos nuestro sitio.
Mientras caminábamos hacia allí riéndonos de cualquier tontería, Laura empezó a correr hacia un lado de la pista del recreo, fijé un poco más la vista y lo vi ahí tan tranquilo como siempre con una venda en la pierna.
Me quedé totalmente clavada en el suelo hasta que me di cuenta de que estaba sola, decidí anda hacia esa parte del recreo lentamente.
Nada mas llegar ahí me miró a los ojos y me puso esa sonrisa de "lo siento" que tanto odio. Simplemente escuché lo que contó sin preguntarle nada directamente, me quedé bastante "chof" después de eso.
Las tres últimas horas de clase se pasaron bastante rápidas ya que no podía parar de pensar en lo que había pasado y de que estaba bien.
Subí caminando hacia mi casa, que está a cinco minutos y entré.
No había nadie, quizá mi madre se habrá quedado a trabajar hasta tarde. Me hice mi propia comida, fregué los platos y me tiré en el sofá. Miré mi móvil.
DIOS, MIERDA. Me he olvidado de Mario! Tenía dos llamadas perdidas y unos cuantos whatsapps suyos.
Con todo lo que ha pasado esta mañana me he olvidado completamente de él...no puede ser.
Espero que no se haya enfadado conmigo, se lo contaré todo.

27ROSAS.Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz