Capítulo 2

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Taki

Mientras iba en el metro crucé la mirada con una chica, aunque era la primera vez que la veía en mi vida, sentía que era ella lo que había estado buscando desde que desperté en Itomori por lo que, me dio igual la entrevista, me bajé del metro y salí corriendo de la estación, quería encontrarla como fuera, era como si la conociera desde hacía muchos años.

Corrí por las calles de Tokio hasta que llegué a unas escaleras, ahí estaba ella, al inicio de éstas. Subí las escaleras y a mitad me crucé con ella pero ninguno de los dos fuimos capaces de cruzar palabra alguna por lo que seguí subiendo hasta que llegué al final, sabía que, si no abría la boca ahora, no iba a tener la oportunidad más por lo que me giré y hablé para llamar la atención. Por suerte ella no había llegado al final y se paró.

- Tengo la sensación de que nos hemos visto antes - dije. Ella se giró y me miró, me fijé que tenía lágrimas en sus ojos.

- Yo también pienso lo mismo - respondió llorando. Sin saber muy bien porqué, a mí también se me escapó una lágrima. Conté hasta tres antes de abrir la boca de nuevo.

- ¿Cuál es tu nombre? - nos preguntamos al unísono. Lo que nos hizo sonreír a los dos - me llamo Taki Tachibana - respondí bajando a donde ella estaba.

- Mitsuha Miyamizu - contestó secándose las lágrimas - un placer - sonrió tímidamente mientras me tendía la mano, la cual estreché. No pude quitar los ojos de esa sonrisa ya que era como un libro de texto describiendo este mundo.

- El placer es mío - estreché su mano, me quedé prendado de su sonrisa en ese momento. Se hizo un silencio - esto... ¿quieres que vayamos a tomar un café? - pregunté.

- Me encantaría pero tengo que ir al trabajo - dijo - ya llego un poco tarde y si no voy tendré una buena reprimenda - sonrió de nuevo - pero a las siete soy libre - añadió.

- Genial - respondí enseguida - pasaré a buscarte y, si quieres, vamos a cenar a algún lado.

- Suena bien - sonrió - conozco un restaurante italiano muy bueno, "il gardino delle parole" se llama. Si quieres podemos vernos ahí.

- Yo trabajaba ahí - sonreí sorprendido, era como si estuviéramos destinados a encontrarnos en algún momento.

- ¿En serio? - asentí.

- Pero, si me permites, prefiero llevarte a otro sitio - Mitsuha asintió sonriente - ¿quieres que quedemos en algún sitio o voy a buscarte al trabajo? - pregunté algo lanzado, cosa extraña en mí.

- Puedes venir a buscarme, si quieres - sonrió - trabajo a un par de paradas de metro de aquí. En una oficina en Roppongi.

- Genial - asentí - pues dame la información y estaré ahí a la hora que me digas.

Le pasé mi teléfono a la chica morena y ella anotó todo. Lo revisé y alcé la mirada pues no había nada más que una dirección.

- Salgo a las siete - sonrió juguetonamente - y, si el sitio al que me vas a llevar me gusta, de premio tendrás mi número. Espero que seas puntual.

- Perfecto - respondí - si ese es el premio buscaré el mejor restaurante de Tokio y prometo darte una conversación muy amena - sonreí - estaré en la misma puerta a las siete.

- Eso espero - dijo - porque no me gusta la impuntualidad - se tocó el pelo tímidamente y, después, miró la hora en el reloj de su muñeca - me encantaría quedarme más rato hablando aquí contigo pero ya llego tarde y suelo ser la más puntual de la oficina por lo que no quiero que me caiga una buena reprimenda.

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