Capítulo 8

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Taki

Nos levantamos bastante temprano ya que hoy cogíamos el tren que nos llevaría al pueblo en el que la familia de mi novia convive. Mitsuha estaba en la ducha mientras que yo estaba terminando de arreglar la ropa de la maleta. Al cabo de un rato mi novia salió del baño, parecía muy nerviosa.

- ¿Qué ocurre? - pregunté.

- Verás... - se rascó la mejilla - que nadie sabe que vamos, piensan que iré solo yo. Lo siento pero prefiero dar la sorpresa de golpe.

- Me parece bien - sonreí - solo espero que tu abuela o tu hermana no me echen a patadas de la casa.

- No lo harán - rió - más que nada porque tú y yo dormiremos en el hostal que hay en el pueblo. Reservé anoche una habitación a tu nombre.

- ¿Y tu padre? - cuestioné.

- Me da igual lo que diga - respondió - ya soy mayorcita para hacer lo que quiera, él no tiene nada que decir.

Asentí algo preocupado dado que no quería causarle problemas a Mitsuha y, lo que menos quería, era que tuviera alguna discusión con su padre y poner en un compromiso a toda la familia Miyamizu. Una vez tuvimos todo listo salimos de nuestro hogar y fuimos a la estación de tren. La distancia que separaba Tokio del pueblo de la familia de mi novia se me hizo demasiado larga y, cuanto más cerca estaba la parada, más nervioso y pensativo estaba. Solo esperaba caerles bien a todos y que Mitsuha estuviera cómoda y bien, que no tuviera problemas por mi presencia ahí.

Llegamos al pueblo después de casi tres horas después de haber abandonado la capital. Bajamos del vagón y caminamos por la estación hasta llegar a la plataforma de llegadas, donde había una señora mayor y una joven con rasgos similares a mi novia esperando por alguien.

- ¡MITSUHA! - gritó la chica que estaba al lado de la señora mayor, lo que me hacía pensar que sería la hermana de mi novia.

- Genial, han venido a buscarnos - dijo Mitsuha un tanto avergonzada. Sin querer, solté la mano de mi novia ya que me dió demasiada vergüenza pues era la primera vez que conocía no solo a la familia de Mitsuha sino que también era la primera vez que alguien me presentaba en sociedad. Caminamos hacia donde estaban ambas y, cuando llegamos a su altura, nos paramos. Mitsuha abrazó tanto a su hermana como a su abuela, quienes le correspondieron el gesto. Después del abrazo, ambas mujeres se percataron de mi presencia y se quedaron mirándonos, lo que nos dio algo de vergüenza.

- Mitsuha, ¿no nos vas a presentar a tu acompañante? - le preguntó su abuela de forma picarona. La morena asintió.

- Bueno, Yotsuha y abuela, ha llegado el momento de que conozcáis a la persona que me hace feliz y con la cual llevo un par de semanas conviviendo - sonrió - él es Taki Tachibana, mi novio. Taki, ellas son, junto a ti, las dos personas más importantes de mi vida, Hitoha, mi abuela, y Yotsuha, mi hermana - me miró.

- Un placer - les tendí la mano para que me la estrecharan ambas, algo que solo hizo su abuela pues, Yotsuha, después de observarme de arriba a abajo durante un minuto que a mí se me hizo eterno, se abalanzó sobre mí y me abrazó. Ese gesto de la hermana de mi novia me dejó un tanto descolocado ya que no sabía muy bien cómo reaccionar por lo que decidí corresponderle el gesto.

- Bienvenido a la familia, Taki - dijo la morena completamente feliz - tenía ganas de conocer a la persona que hace feliz a mi hermana para darle las gracias por volver que Mitsuha vuelva a sonreír.

- No hay nada que agradecer - sonreí - es lo mínimo que puedo hacer por tu hermana ya que ella me hace muy feliz y es mi manera de devolverle la felicidad que ella me da - era la primera vez que decía algo así en voz alta, lo que me hizo ganarme un beso en la mejilla de mi novia y un abrazo de la que insistía que la llamara cuñada.

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