Nota de la autora

722 62 25
                                    

Para empezar, comencé escribiendo La dama de los ojos plateados creyendo que no pasaría del primer capítulo. Todavía cuesta creer que en un mes terminara de escribirla, aunque eso sí, ahora ando en proceso de mejorarla por si algun día me animo a autopublicarla en otro tipo de plataformas.

No voy a decir que ha sido muy fácil. En algunos capítulos me he visto atascada, sobre todo en la recta final y todavía hay aspectos que me gustaría mejorar porque noto que falta algo más de sustancia. Puede que en lo que yo considere la versión definitiva sea capaz de subsanar esos fallos. De hecho, el primer capítulo lo escribí dos veces porque era un poco distinto y no terminó de convencerme antes de ser publicado aquí.

Una de las ventajas de ser historiadora es que para crear esta historia apenas he necesitado documentación, porque el período donde se ambienta es una de mis especialidades, aunque sí he necesitado buscar datos muy específicos porque los historiadores tampoco tenemos memoria de elefante.

Ahora bien, si has llegado hasta aquí, déjame decirte que muchas gracias por animarte a leer la historia de Elmira y Alfred —por muy insufribles que hayan llegado a ser— y espero poder traer más historias muy pronto, aunque algo ya se está cociendo por ahí.

Sin embargo, más te lo agradeceré si me dejas algún comentario opinando tu parecer y, si tienes alguna crítica constructiva, la tendré muy en cuenta para mejorar no solo esta historia, sino las que vengan por delante. Nadie nace sabiendo escribir —aunque me considero una ávida lectora— y cualquier consejo es más que bienvenido y no tiene sentido enfadarse cuando le señalan unos errores que es posible que haya. Desde que le di a «publicar» por primera vez lo hice a sabiendas de a lo que me iba a exponer y debo comerme lo guisado. Si alguien ha nacido para escribir la historia más perfecta del mundo, no soy yo, eso está claro.

En cualquiero caso, espero que hayas podido disfrutar esta historia y de nuevo, gracias.

La dama de los ojos plateadosWhere stories live. Discover now