CAPÍTULO #8

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Corri tan rápido como me lo permitieron mis piernas después de todo.. es para éso lo que estaba entrenando y esperado por este momento. Huir de tal pelinegro que me vuelve loca, y abunda en mis pensamientos, esa mirada lobina y brillantes orbes dorados desequilibra mis emociones.. un momento ¿desde cuándo describo todo de él?- ¡soy una tonta, estupida! ¡¿cómo diablos ahora le voy a ver la cara?! Yoo.. Kagome.. acabo de tener una.. una.. fan..fan.. ¡ahg! y con mi cachorro?!!! ¡¿cachorro?! - ¡¡aahhh!! ¡¡Mamá, devuélveme el nacimiento!!

 ¡ahg! y con mi cachorro?!!! ¡¿cachorro?! - ¡¡aahhh!! ¡¡Mamá, devuélveme el nacimiento!!

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Una flor en el desierto

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Mientras eso pasaba con la azabache. En una parte de la ciudad, en una pequeño puesto de floreria familiar, abría a muy tempranas horas de la mañana su venta. Padres e hijas.. habrían las puertas al mundo. Como es de costumbre, sacaban algunas macetas afuera para asi llamar a la clientela y por verse más llamativo su negocio.

He ahí en el demostrador de caja, una bella castaña de ojos ámbar avellanas vestida con el uniforme de la preparatoria Shikoni Tama, resaltando en ella su encantadora figura y su sutil belleza cual si fuera una flor que en tiempos de primavera esta apunto de abrirse. Devolvía el cambio a la señora, quien llevaba un gran armado de rosas blancas. El gran armado que hizo su hermana para ella era perfecto para un ramo matrimonial— muchas gracias.. señorita.

— gracias a usted por comprar. ¡Qué tenga un buen día! —despidiéndose gentilmente y se avivó a descansar por un momento.. estaba agotada, a muy tempranas horas de la mañana ayudó a su madre a hornear, a hacer la comida de la tarde y atender el negocio familiar. Recostada su cabeza en el demostrador, presintio un aura muy dulce y gentil venir a ella. Que al verla estaba rodeada por un aura brillante, tal y como su corazón le indicaba.

— buenos días.. señorita, lindo día ¿no?

— buenos días señora, si es un hermoso día. Desea llevar esta vez campanillas nuevamente o desea llevar rosas.

— vaya! No me has olvidado.. menuda sorpresa que me has tomado. Los jóvenes como tú, se olvidan fácilmente.

—se reía tímidamente— así? No por nada me dicen que soy muy observadora y con una mente fotográfica.

— eso es un verdadero don. No dejes que un muchacho corrompa ese don.

— muchacho? Jajaja... no estoy para eso, señora.

— todos dicen lo mismo y al final caen fácilmente en sus encantos. Te lo dice esta anciana que vivió ya su juventud.

Aunque pensándolo bien, talvez reconsidere esa oferta. Después de todo se vive una vez.

— esta vez deseo llevarme algo diferente..

— ¿así? dígame que es lo que busca y le aseguro que lo encontraré.

Enamorada del Chico popularWhere stories live. Discover now