Prólogo

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Una Rubia alta caminaba por los pasillos del hospital, su Madre había enfermado, nada grave pero por si las dudas, tomo asiento en la sala de espera a solo 7 asientos de otra mujer que leía una revista cualquiera.

Esperaba a que salieran sus padres, se hacía aburrido, llevaba menos de 15 minutos y ya quería irse, se suponía que debería estar estudiando para su ingreso a la Universidad pero, una adolescente de tan solo 17 años lista para entrar a una nueva etapa.

Seguia esperando a sus padres, saco su celular y empezó a ver sus fotos de galería.

Veía las fotos que tenía con su novio Park Jimin, quien se imaginaba que a él chico que más detestaba de niña llegaría a ser su novio.

Se la pasó así hasta que llegó casi al final, encontrándose con la única foto que había Guardado que tenía con su hermosa ex-niñera, el Amor de su vida, y aunque este con Jimin el chico "perfecto" nunca se olvidaría de aquella promesa que hicieron su querida pelinegra y ella cuando tan solo tenía 5 años y JiSoo 16.

No supo cuánto tiempo se quedó viendo pero la interrumpió una chica que salió de uno de los consultorios y caminar hacia la mujer que estaba sentada leyendo una revista.

No le tomo importancia y salió de galería para guardar su celular y mirar a la dura inexistencia como si estuviera reiniciandose el Windows, como siempre.

Seguia mirando a la nada y de pronto... cerro los ojos y empezó a recordar un poco lo de ese día, como habían prometido aquello, sonrió aún con los ojos cerrados, la extrañaba y cada día se preguntaba si había cumplido su sueños de ser una gran abogada, cuando tenía 8 años se enteró que se había ido a París a estudiar y de ahí no supo nada hasta en hoy en día.

Abrio los ojos y miro hacia sus dos lados, seguían ambas mujeres y se mostraban algo cercanas, se estaban abrazando y susurrando cosas.

La chica pelirroja le susurraba cosas a una castañita que sollozaba, tal vez la estaba consolando.

-¿Usted cree que si pongo la denuncia me dejará en paz?.- Pregunto aquella castaña llamando la atención de Rosé.

No quería prestar atención pero estaban casi a su lado no podía evitarlo.

-Claroo, y yo estaré al tanto de que ese infeliz no se le ocurra ni verte.- ¿Porqué esa voz se le hacia familiar?.

No presto atención y hacia como si no le importara.

-Gracias..-Agradecio la castaña abrazando a la pelirroja.

-No hay de que, es mi deber como Abogada ayudar a mi cliente.- Dijo la pelirroja otorgándole una pequeña sonrisa.

Y así se levantaron aún abrazadas, se separaron y lo que dijo la Castaña desconcertó a Rosé definitivamente...

-Le agradezco Señorita JiSoo, no se como agradecerle.- Rosé miro rápido detalladamente a aquella pelirroja y se quedó en una especie de Shock, pero.. ¿Cómo?.

Cuando salió de su shock fue demasiado tarde pues aquellas chicas habían desaparecido... y como si por instinto se tratase, sus piernas actuaron solas, se levantó de golpe y fue hacia la puerta donde salieron ambas chicas, miro a todas partes pero no había rastro de la Castaña o de la pelirroja, ¿cómo? No podía creerlo, no estaba loca.

Ella era JiSoo... Su JiSoo, sentía su pecho arder y sus ojos picar, por ningún lado la encontraba, ¿Acaso no la volvería a ver nunca más en la vida? ¿El Amor de su vida se había ido una vez más...

Promise [Pt. 02]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora