14.- 𝑼𝑵 𝑫Í𝑨 𝑨𝑩𝑼𝑹𝑹𝑰𝑫𝑶

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Los acompañaron hasta el vestíbulo, donde Filch, de pie en el lado interior de la puerta, señalaba los nombres en una lista, examinando detenida y recelosamente cada rostro y asegurándose de que nadie salía sin permiso.

—¿Te quedas aquí, Potter? —gritó Draco, que estaba en la fila, junto a Crabbe y Goyle—. ¿No te atreves a cruzarte con los dementores?.

—Adiós Draco —decía JJ alargando las vocales— que te vaya bien, adiós, ya voltéate.

Volvieron por las escalera se  de mármol y los pasillos vacíos, llegando a la torre de Gryffindor.

—¿Contraseña? —dijo la Señora Gorda despertándose sobresaltada.

—«Fortuna maior» —contestó Potter con desgana.

El retrato le dejó paso y entraron en la sala común. Estaba repleta de chavales de primero y de segundo, todos hablando, y de unos cuantos alumnos mayores que obviamente habían visitado Hogsmeade tantas veces que ya no les interesaba.

—¡JJ! ¡Harry! ¡Hola! —Era Colin Creevey, un estudiante de segundo que sentía veneración por Potter y nunca perdía la oportunidad de hablar con él—. ¿No van a Hogsmeade? ¿Por qué no? ¡Eh! —Colin miró a sus amigos con interés—, ¡si quieren pueden venir a sentarse con nosotros!.

Kiara iba a hablar pero Potter se adelantó— No, gracias, Colin —pues no estaba de humor para ponerse delante de gente deseosa de contemplarle la cicatriz de la frente—. Yo... nosotros tenemos que ir a la biblioteca. Tenemos un trabajo pendiente.

Agarro a Kiara del brazo para darle la vuelta y salir por el agujero del retrato.— ¿Con qué motivo me has despertado? —refunfuñó la Señora Gorda cuando pasaron por allí.

—¿Por qué no me dejaste hablar? —reprochó Jade.

—Si te dejaba hablar le ibas a decir que si solo para molestarme.

Luego de caminar un poco se toparon con Filch, que acababa de despedir al último de los visitantes de Hogsmeade.

—¿Qué hacen? —le gruñó Filch, suspicaz.

—Nada —respondió Jade.

—¿Nada? —le soltó Filch, con las mandíbulas temblando—. ¡No me digas! Husmeando por ahí ustedes solos. ¿Por qué no están en Hogsmeade, comprando bombas fétidas, polvos para eructar y gusanos silbantes, como el resto de tus desagradables amiguitos?.

𝐉𝐀𝐃𝐄 𝐘 𝐄𝐋 𝐏𝐑𝐈𝐒𝐈𝐎𝐍𝐄𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐀𝐙𝐊𝐀𝐁𝐀𝐍Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt