The Devil

Would never Lie to You

Las manos de Taehyung se mantuvieron quietas sobre el volante, sus ojos alerta en el camino mientras conducía cuidadosamente.

No tenía ninguna llamada de Hoseok aún, así que eso le confirmó que debían de seguir buscando a LeeHi dentro de la residencia de la familia Bae.

Echó un vistazo a la hora mostrada en la radio del auto. Eran las 9:15 y solo podía esperar poder llegar a tiempo.

Gradualmente fue bajando la velocidad a medida que se adentraba al territorio de la escuela notando la cantidad de personas que había en el área en ese momento, era mucha gente. Continuó con cuidado a pesar de ya estar en un lugar apartado.

Podía notarse a simple vista que era un poco más que un festival en la arena de la escuela, después de todo era el día en que celebrarían la fundación de la institución, lo que significaba que los estudiantes presentarían sus talentos en el escenario frente a todos.

Estacionando su auto, Taehyung verificó su arma nuevamente, sintiéndose desesperado y confiando en que no tendría que usarla.

Primero, un chico de veinte años

Ahora en una escuela llena de personas inocentes.

No esperaba si quiera apuntar su arma hacía ellos, y solo podía desear que la suerte estuviera de su lado esta vez.

Salió del auto y cerró la puerta asegurándolo para después comenzar a alejarse del moderadamente iluminado estacionamiento.

Pero para su desgracia, su atención se desplazó del sombrío lugar a un llamativo convertible Bentley que rodó a través de las puertas.

Taehyung no sabía que decir o esperar cuando el auto paró frente a él y el lunático de Armani, cuyo nombre resultó ser Jeon Jungkook, saltó fuera del vehículo.

—Oh hola detective Kim— sonrió.

Taehyung estaba desconcertado.

La última vez que revisó, ese tipo estaba esposado de vuelta en el precinto, pero ahora... estaba frente a sus ojos, era él, de carne y hueso.

¿Qué... carajo?

—¿Cómo mierda es que estas aquí?— espetó Taehyung.

—Ellos me liberaron— se encogió de hombros Jungkook.

—¿Te dejaron ir? ¿así nada más?— preguntó sin creer totalmente la repuesta del azabache.

—Si, obviamente... no es como si yo pudiera escapar del mayor departamento de policía del país ¿o a caso puedo?— replicó Jungkook con una pequeña sonrisa en sus labios, parpadeando inocentemente.

Taehyung apretó sus dientes desviando su vista hacia el suelo mientras sentía su sangre hervir.

Sería imposible, además de poco probable, que hubiera podido romper las esposas y caminar sin ser notado, o eso pensaba Taehyung, posicionando su mirada de vuelta al tipo de Armani.

—¡Bien! pero regresa a tu fiesta o algo. Deja de molestarme, estoy trabajando— siseó Taehyung caminando para dejar atrás a Jungkook.

—Las fiestas suenan aburridas ahora... me gustaría ayudarte— replicó siguiéndolo.

—No estás ayudándome en una mierda. Me gusta trabajar solo, así que deja de estarme jodiendo— lo paró Taehyung comenzando a alejarse rápidamente, pero Jungkook mantuvo su ritmo.

—Nah, puedo hacerlo, además necesitarás mi ayuda; soy fuerte... y sexi, y puedo hacer que la gente me escuche— replicó el azabache sonriendo ampliamente.