Capitán Min 💌 | YM

Cuarenta

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PLAYLIST;

MY EVERYTHING - ARIANA GRANDE.

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- Y... ¿Cuánto tardó en llegar a la ciudad? - preguntaba la estrella bibliotecaria mientras nadaban hacia un estante - Ha venido con la corriente interoceanica ¿cierto?

Dong nervioso lo seguía por atrás - uhmm no, he venido de pueblo en pueblo, de villa en villa - he demorado días en llegar, tantos que he perdido la cuenta - sonrió.

- Ya veo, con razón tan cansado que ni hablar puede - contestó la estrella - Aquí es ¡Octopus tráeme el libro de las bestias marinas! - un tentaculo de madera comenzó a moverse liberando así un estante secreto, al abrirse poco a poco una luz oscura rodeaba el libro hecho de escamas negras.

Leyendose en letras doradas.

"Libro de las bestias marinas"
Por: Poseidon Dios de los mares.

La estrella lo tomó entre sus manos y lo extendió a Dong quien lo guardo en su bolso a la vez que con su mano apretaba las bolsitas de magia que le había dado el Rey Jimin para nado rápido.

- ¿Necesita alguno más? - sonrió mientras nadaban de vuelta a la recepción de la biblioteca.

- No muchas gracias - dijo Dong mientras ubicaba la puerta abierta - me retiro señor, muchas gracias, el libro será devuelto cuando el Rey Jimin termine de usarlo - la estrella asintió.

Dong entonces comenzó a nadar apresurado a la entrada, tenía que salir del castillo rápido. La estrella sonriente se despedía y Dong le devolvía sonrísas nerviosas.

- ¡Espere, tiene el permiso de Tritón firmado?! - grito la estrella y Dong hizo oído sordo - ¡Debo entregarlo al jefe de la biblioteca! - Dong empezó a dar más rápido, debía irse porque no tenía nada parecido a un permiso - ¡Guardias de la lectura, detenganlo!

Fue entonces que del coral grandes caballeros comenzaron a despegarse, empezando asi la travesía de Dong para salir del castillo, el pobresillo nadaba tan rápido como podía pero escuchaba los guardias atrás de él.

- ¿Por dónde era? - se preguntaba tras ver varios pasillos, no recordaba por donde había llegado pero el seguía nadando, tenía que encontrar una ventana al menos para salir.

Por otros lares Jimin regresaba a su castillo de luna, no sin antes haberse asegurado de que el campo era lo suficientemente fuerte como para regresar en unas horas y fortalecerlo.