Grind Me Down

2K 117 13
                                    

Capítulo 4
Alex


Como todavía falta una semana para que empiece la universidad, me levando a las seis y salgo a correr con amón.

A veces me gusta salir a correr, aunque sea solo una vez a la semana, normalmente lo hago tres o cuatro veces a la semana, supongo que me entretiene.

Voy disminuyendo la velocidad para que amón pueda hacer lo que tenga que hacer. Miro a mi alrededor y a veo a lo lejos a un chico muy guapo, bastante alto y con musculatura pero no con excesividad, de la medida perfecta, moreno y de pelo negro.

Se me hace extraño ya que no mucha gente hace ejercicio a tan temprana hora.

Bueno, ha decir verdad, esta bastante bien. Esa camiseta negra apretada que lleva hace que se le marquen los músculos y tengo que hacer un esfuerzo para no pasar saliva.

Giro rápidamente la cara cuando me doy cuenta de que lo he estado mirando embobada.

Espero que no se haya dado cuenta que vergüenza.

Camino hacia una cafetería (que raramente esta abierta) —obviamente he tenido que dejar a amón fuera— y pido tres cafés con leche para llevar. Camino tranquila tarareando canciones hasta llegar a casa, pero me encuentro al chico moreno de antes delante mío. Parece perdido.

¿Le ayudo? A mi me gustaría que me ayudarán, pero voy a parecer una acosadora. Al final dejo de darle vueltas y decido preguntarle.

—Perdona ¿te has perdido?

—Eh, no. La verdad es que estaba paseando, pero gracias.—responde y tiene la voz grave debo añadir.

—Ah vale perdona, entonces te dejo —me doy la vuelta para irme pero su voz me hace detenerme.

—Como te llamas —pregunta aún sin soltarme.

—Alex ¿tú?

Iba a responder pero de pronto Amón empieza a saltar intentado llamar su atención y que le regale mimitos. El simplemente se ríe y se agacha para empezar a mimarlo. Estaba vez no puedo evitar pasar saliva, su risa es... no tengo palabras para describirlo, pero podría pasármela escuchándola siempre.

—Me llamo Issac, un gusto Alex —me regala dos besos y se va.

Y ahí me di cuenta como se alejaba el amor de mi vida...

Es broma. Pero si quieres no es broma. No gracias, estoy muy bien sola y sin idiotas. Mi mimi mimi mi, aguafiestas. Callate.

Ladeo la cabeza para después sacudirla, no creo que nos volvamos a encontrar. Que bien olía.

Doy media vuelta y sigo mi camino con amón.

Llego a casa como más o menos a casa a las ocho, casi nueve de la mañana. Cuando abro la puerta me viene a un olor a beicon recién hecho.

Camino a la cocina y me encuentro a las chicas sentadas comiendo un bocadillo de beicon con zumo de naranja, se me cae la baba.

—Me habéis dejado ¿no?—pregunto mientras dejo los cafés en la encimera

—Claro bogs, el tuyo está en el microondas—habla dara con la boca llena, provocándome una mueca.

—Buenos días bogs. ¿Esos son cafés? — pregunta está vez Sara con los ojos brillantes.

—Si hay uno para cada una, cogerlo aún están calientes.

—Hablando de calientes, caliente está el chico que me he encontrado corriendo —hablo cogiendo el bocadillo y pegándole un bocado.

Promesas vacíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora