Gym y Nolan

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Capítulo 6
Alex

Te amo Henry —digo mientras me acerco a el.

—Y yo a ti Alex —no sabía que mi nombre fuera tan bonito.

Se acerca más a mí y cierro los ojos esperando mi beso, pero en su lugar recibo una lamida y después otra...

Que mierda.

Me levando y miro al culpable de no haber podido besar a mi Henry Calvin, y no es nada más ni nada menos que Amón.

—Amóóón, son las 5 de la madrugada, ¿que pasa?. Estaba soñando con mi futuro esposo y tú futuro padre —digo intentando enfadarme, pero es imposible enfadarme con el.

Le hago un par de mimos y me acuesto otra vez a dormir con el a mi lado.

(...)

Estoy en la cocina desayunado mientras escucho a Sara y Adara pelearse por no sé qué. La verdad no es raro, las tres somos muy unidas pero chocamos mucho.

—Joder Adara no puedes ser así —dice Sara.

—Sara, sé que estás obsesionada conmigo, pero enserio basta —se burla Adara, pero eso solo empeora su humor.

—No te soporto ragazza demone.

(Niña del demonio)

Intento disimular mi risa con tos ya que Sara siempre que se enfada se pone a hablar italiano, ya que es su idioma materno.

Sara me entierra dagas con la mirada por reírme, a lo que está vez es Adara la que se empieza a reír sin disimulo alguno.

—Bueno chicas, me tengo que ir a lo del gimnasio, amor y paz y no rompais nada porfavor —digo mientras cojo las llaves y me voy hacia la puerta.

—No te prometo nada, pero cuídate —se despide Adara.

Bajo por el ascensor mientras me pongo los casco y escucho Bang Bang Bang de Soho dolls. Subo al coche y conecto el bluetooth del móvil para seguir escuchando música, arranco y me dirijo hacia el gimnasio que encontré por internet.

Una vez aparco cojo el móvil y me lo pongo en el bolsillo de la parte trasera del pantalón.

Abro la puerta para entrar y hay delante una recepción con un joven escribiendo algo en el ordenador. Carraspeo para llamar su atención.

—Hola, buenas tardes —digo con una pequeña sonrisa.

El chico despega la mirada del ordenador para regalarme un a sonrisa amable.

—Buenas, ¿que desea?

—Quisiera saber el horario para inscribirme en boxeo y artes marciales mixtas —explico.

—Mmhm claro, déjame mirar los horaris y le digo. Mientras, ¿podría rellenar este papel porfavor?.

—Claro.

Cojo el papel y el boli mientras relleno las casillas de mi nombre, mi número, etc.

—Los horarios son de lunes a viernes de 17:00 a 21:00. Puede hacer boxeo lunes miércoles y viernes y los martes y jueves artes marciales. Esto podría incluir entrenador personal, pero deberá pagar más —me explica.

—Me parece estupendo, me podría decir cuánto es el precio porfavor —pido.

—Perfecto, serían treinta dólares al mes, más veinte por el entrenador, y si me deja un momentito la inscribo ahora mismo.

—Oh, y no hace falta que me tuitee.

La verdad me parece bien ya que a la uni entro a las 8:00 y salgo a las 15:30 entonces me daría tiempo a estudiar.

—Listo ya estás inscrita...—deja la oración en el aire para que diga mi nombre.

—Alex.

—Alex, entonces puedes venir a partir del próximo lunes.

Miro la chapita que tiene en la camisa y contiene su nombre.

—Gracias Nolan, aquí me tendrás el próximo lunes, por cierto ¿Lo del pagamento te lo traigo o lo ingreso? —pregunto.

—Como te sea más comodo, Alex —responde con su sonrisa amable.

—Esta bien entonces el lunes traigo el dinero.

—Hasta el lunes.—me despido.

Salgo del gimnasio y me monto en el coche para ir a casa.

Llego a casa y las chicas no están ni tampoco Amón, a si que supongo que se abran ido a pasearlo.

Subo a mi cuarto y me pongo el pijama para bajar a al salón y ver la tele.

Me despierta unos ladrido y el sonido de la puerta.

—Ya estamos en casa —grita Adara mientras camina hacia donde estoy estirada y se tira encima de mi.

Gruño mientras la intento tirar al suelo pero de repente siento otro peso más.

—Yo también quiero.

En mis últimos esfuerzos por tirarlas al suelo se agarran a mi como unas garrapatas y caemos las tres al suelo.

Después del raro suceso nos ponemos a contar que tal nuestro día. Luego me voy a la habitación a cambiarme ya que a Sara no le apetece cocinar, y Adara y yo no sabemos mucho.

Me pongo lo que llevaba puesto antes para no ensuciar ya que el jabón está muy caro aqui.

Y os preguntaréis ¿O Alex porque te tendrías que preocupar tu de dinero si vives en un piso enorme? Bueno yo os lo explicaré, yo no soy rica la verdad es que cuando vivía con mis padre empecé a trabajar desde los 16 hasta que me fui.

De ese dinero no toque ni un centavo, ya que quería ahorrar lo más posible para irme de esa casa, y el Jeep me lo regaló mi hermano mayor para mis 18, este piso lo compramos entre todas, tuve que gastarme casi todos mis ahorros.

Si, valió la pena también, ahora sinceramente no tengo mucho, pero si para sobrevivir una par de semanas. Además de que pronto tengo que empezar a buscar algun trabajo, pero bueno, ya veo como me lo montaré.

Bajo las escaleras y salimos de casa en busca de un restaurante para comer a las tres casi cuatro de la tarde.

Después de comer, salimos del restaurante asiatico a caminar un rato para bajar la comida y de paso comernos un helado.

Volvemos al coche y arranco dirección a casa.

Una vez llegamos vamos cada una a su habitación y yo por mi parte me ducho y me cambio a mi cómodo pijama de Winnie de Pooh. Pienso en que hacer, y mi única opción es echarme una siestecita, y es obvio que no tardo mucho en caer ante los encantos de mi cama.

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Espero que os guste.

Kisses .A.

Promesas vacíasWhere stories live. Discover now