Sueños y besos humedos

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Capítulo 16
Alex

Me lanzo a él sin poder aguantarme más. El, gustoso me responde de igual manera pero intentando volver a tomar el control. Meto mis manos en su pelo y lo estiro ligeramente hacia mi, el emite un ronroneo y gruñido raramente sexy.

Pasea sus manos por la parte baja de mi espalda toqueteando el terreno y finalmente cogiendome de las nalgas y meviendome encima de él, rozando su parte contra la mía haciéndome soltar un jadeo placentero.

Rezo mentalmente para que meta algo a mi, ya sean sus dedos, lengua o miembro, cualquiera de estas cosas, sé, que alguna manera me dejará más que sadisfecha.

Para mi suerte parece leer mi mente y me abre las piernas e introduce un dedo en mi interior, haciéndome lloriquear desperada cuando no lo mueve.

Gudinne.—no sé qué significa, pero me acaba de mojar aún más.

Empieza a mover el dedo minetras mete el pulgar, y con el toca mi clitoris. Muerdo mis labios en un intento de contener mis gemidos cuando mete otros dos dedos a la vez que muerde mis pechos....

—Despierta.—dice dejándome desconcertada.

Abro los ojos y lo miro.

—¿Que?

—Despiertaaaaa!

Me levanto asustada por el chillido que pegan en mi oreja. Y me giro para encontrarme a una Sara sonriente.

—Baja esta hecho el desayuno.

Y se va de lo más tranquila. Suspiro y levanto la sabana para encontrarme con lo que ya se y siento, mi vagina empapado y palpitante gritando por la atención que me estaban dando anteriormente, pero imposible de que vuelva a sentir, a menos que me vuelva a dormir.

Intento respirar para mantener la calma  y olvidar el suceso de sueño.

Pero solo fue el inicio de algo imparable.

(...)

He estado evitando la mirada de Aiden todo lo que he podido. Simplemente me avergüenzo de haber soñado con el.

Dios cada vez que lo pienso es más vergonzoso, desde cuando, yo, la que solo sueña con personajes literarios o de películas, sueña con tipos reales y más con los que si saben de su existencia, es simplemente tonto.

Quizá sea porque hace tiempo que no tengo acción, si será lo más seguro.

Mentira

Susurra mi conciencia, más solo me hago la loca y miro hacia otro lado.

—Hoy iremos a esquiar.

Oigo la voz alegre de Sara mientras termino de hacerme mi coleta.

Después de desayunar, cada uno se fue por un lado, yo me fui a explorar por los alrededores y estar sola un rato, se está bien.

Pero ya no podía seguir ahí fuera ignorando al individuo con el que soñé, hay que ser valiente y afrontar las cosas.

—Hola Alex.

Me doy la vuelta ignorando a Aiden como si no lo hubiera escuchado. A la mierda la valentía, yo de eso no tengo.

¿Como puedo ser tan patética? No lo entiendo. ¿Porque no puedo simplemente olvidaro?

Basta. Me obligo a olvidar estos pensamientos, porque contra más lo piense, se me hará más difícil olvidarlo.

Me giro poniendo una pequeña sonrisa.

—¿Que tal? —pero el ya se había ido.

Bueno al menos lo he intentado.

Me vuelvo a dirigir a Sara para escuchar el plan de hoy. Creo que nunca he esquidado, ya que a mis padres no les gusta el frió, ni la actividad física.

Pero siempre hay una primera vez para todo ¿no?

(...)

Me arrepiento una y mil veces de mi desicion, dios, ¿en que momento creí que sería buena idea?

Después de estar como literalmente media hora subiendo por la nieve, no quiero bajar, esta muy empinado desde aquí arriba. Quizás pueda bajar de culo.

Tendría que haber practicado o llamar a un instructor que te dice como hacerlo, pero no, yo por mis cojones quería hacerlo sola.

Venga solo será una bajada dita rápida, no iré rápido. Miro hacia mis costados nerviosa y no veo a nadie. ¿En qué momento me he quedado sola?

No pasa nada venga, que yo puedo.

Te amo dios, en ti confío.

Empiezo a bajar lentamente, hasta que me voy soltando un poco más, llendo a una velocidad normalita.

Una vez estoy abajo suspiro feliz y aliviada por no estar más arriba. Busco a Dara o a Sara o a alguien que conozca. Al no encontrar a nadie me dirijo a la cafetería que está cerca.

Pido chocolate caliente y me siento en una de las mesas mirando la nieve y a la gente que esquia. Mando un mensaje al grupo que tenemos las chicas y yo y vuelvo a guardar el móvil.

Escucho la silla ser arrastrada y me giro encontrándome a un rubio de ojos color miel, muy guapo a decir verdad.

—¿Que tal, guapa? —habla con voz ¿seductora?

Sonrio por cortesía y le respondo con un bien, dios creo que no podría describir el silencio incómodo que se formó entre nosotros. De que se supone que tengo que hablar.

Miro a mi alrededor en busca de ayuda ya que el chico se está apoyando en la mesa como si fuera a darme un beso.

Para mi consuelo encuentro a Marck con la mirada y le pido casi a gritos con los ojos que me venga a salvar, el parece entenderme y viene hacia aquí.

—Hola amore mio —dice el pasándome el brazo por los hombros y cogiendome el mentón para darme un beso en la mejilla.

Ojalá hubiera girado la cara. Es broma. El chico parece no pillar al indirecta y me giro hacia Marck, y lentamente me acerco a su cara y le planto un beso.

El me agarra la nuca y la mandíbula y pasa su lengua por mis labios, yo abro la boca y dejo que su lengua y mi lengua empiezan a chocar y desafiarse.

Tengo que poner casi todo mi esfuerzo para no subir mi pierna y rozar nuestras partes intimas.

Cuando siento que me he quedado sin aire, me aparto suavemente y sonrio contra sus labios, nada mal.

Me giro hacia el rubio, que me había olvidado de su existencia y no lo encuentro.

Apreto los labios y me giro a por el recién besado.

El ya me está mirándome con una sonrisa coqueta.

—Cuando quieras, repetimos —dice acompañando la frase con un guiño.

—Claro —digo lo primero que pienso y rápidamente me doy cuenta de mi error, pero lo dejo pasar.

Se empieza a reír de esa manera que es tan malditamiente adictiva, haciendo que quiera escucharla sin parar.

—¿Vamos?

Asiento y pasa un brazo por encima de mis hombros mientras caminamos hacia la salida, donde ya nos están esperando todos.

Doy una repasada con la mirada a Sara y Adara y me tranquilizo cuando las encuentro. Pero mi mirada inevitablemente se queda por un breve tiempo mas en Aiden, haciéndome recordar lo que mi mente me ha sentir con el.

Suspiro y empezamos a caminar hacia la cabaña.

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¡Perdon por siempre tardar!

Gracias por los 12,7k, se os agradece un montón.

Besos. A.

Promesas vacíasWhere stories live. Discover now