Tras casi 16 años de estar dormida, Hannia Mikaelson despierta con el deseo de resolver las cosas que dejó inconclusas. Sin embargo, enfrenta nuevos problemas debido a su prolongada ausencia. Para superar estos desafíos, necesitará ayuda de sus fami...
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Natasha y Wanda se estaban alistando para salir. Natasha se había puesto un vestido negro corto y pegado, resaltando su figura, mientras que Wanda vestía un poco más casual, pero como para ir a alguna fiesta. Wanda llevaba también un vestido negro un poco más abierto, unas medias negras y unos botines.
—¿Por qué no van a poder asistir? Ustedes ya habían dicho que sí —apunta Tony a ambas chicas. Tony iba a organizar una fiesta al día siguiente celebrando los nuevos logros de los trabajadores, como lo hacía cada año.
—Porque la misión se adelantó —responde Natasha mientras se pinta los labios de un rojo intenso.
—Ya tenemos al hombre donde lo queremos —agrega Wanda mientras se pone el auricular.
—¿Y dónde es la misión?
—Solo te diré que no es aquí en Nueva York —responde Natasha con diversión al ver cómo Tony ponía cara de molestia—. Oye, ¿Hannia va a asistir? —cuestiona Natasha mientras se pone unos aretes un poco largos; estos siempre llevaban un pequeño rastreador, solo por si acaso.
—Aunque no trabaje aquí, la voy a invitar. La niña tiene que salir de su habitación algún día —dice mientras sale de la habitación—. Como quiera, espero que terminen esa misión antes de que la fiesta acabe.
—No te prometemos nada —responde Natasha levantándose para ir a la caja en donde tenía guardado su auricular.
Cuando Tony se fue y Wanda ya había terminado de arreglarse, se acercó a la ventana que estaba junto a Natasha. Desde allí podía ver el bosque más de cerca. Abrió la ventana, dejando entrar una gran brisa de aire, cerró los ojos y se dejó llevar un poco. Había algo en esta parte del complejo que siempre le había llamado la atención.
Eran aullidos. No de perros ni de coyotes; estaba segura de que eran de lobos. Era una cosa extraña. Cuando abrió los ojos, Wanda asomó un poco la cabeza para buscar la luna. Cuando la encontró, se dio cuenta de que era luna llena.
Después de las cosas que pasaron con Agatha y su realidad falsa, estuvo con Strange estudiando su magia. Entre los libros de Strange, había encontrado libros de leyendas. Se preguntaba qué más era real. Cuando se lo preguntó a Strange, extrañamente él no estaba seguro, pues nunca había visto alguna de estas criaturas, aunque aseguraba que otros compañeros lo afirmaban.
Aún se podían escuchar algunos aullidos de lobo. Fue entonces cuando se preguntó si realmente existían los hombres lobo. No debería ser una coincidencia que cada luna llena se escucharan estos aullidos. Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando Natasha le habló, informándole que el Quinjet esperaba.
Cuando ambas chicas salieron, se encontraron con Tony poniendo una oreja en la puerta de la habitación de Hannia.
—¿Qué ha. . . ? —Tony volteó rápidamente hacia Wanda e hizo una seña para que guardara silencio. Luego, volvió a poner su oreja en la puerta, pero ya no pudo escuchar nada.
