Perdón. [Hürren x Ibrahim]

Tres.

Ibrahim no sabía que le pasaba exactamente con Hürrem, siempre había tenido claro que la odiaba con su alma, la Sultana madre muchas veces le dijo que aquella mujer no era más que una serpiente la cual acabaría con su vida. Pero mientras la miraba a los ojos no podía evitar sentir la necesidad de acariciar su mejilla y fundirse junto a ella en un beso.

Su mirada altiva lo hacía querer seguir provocándola, amaba cuando se molestaba o simplemente cuando le sonreía con altivez, pero desde que el Sultán se había casado con Firuze todo desapareció, es como si las armaduras de Hürrem hubieran caído al suelo, como si ya no tuviese nada porque luchar y eso lo hacía querer protegerla.

Sabía que el Sultán lo tenía en la mira, desde la última vez que habían hablado de Hürrem todo se había vuelto tenso entre los dos, además estaba Firuze la cual no perdía la oportunidad que tuviese para envenenar al Sultán contra Hürrem, lo cual lo tenía supremamente tenso ante el solo pensamiento de que ella pudiese salir lastimada.

Trataba de culpar a su ego, diciéndose a sí mismo que no podía permitir que una simple mujer acabará con lo que él aún no podía terminar. Pero mientras más se mentía, más crecía ese sentimiento dentro de su pecho, por lo cual cuando salió de su habitación lo primero que hizo fue caminar por los pasillos que Hürrem frecuentaba.

Preguntó por ella un par de veces y siempre lo mandaban a direcciones diferentes, hasta llegó a pensar que estaban juntando con él y eso realmente lo tenía molesto. Quería verla, quería sentir su presencia y oler su delicioso aroma. Ella olía a almendras, un olor dulce y adictivo, ella era totalmente adictiva, le daba miedo probarla y jamás saciarse.

No se dio cuenta que una persona venía en su dirección mientras leía algo, solo sintió como un cuerpo chocó contra el suyo. Tomó a la persona del brazo evitando una vez más un accidente, hizo una mueca al ver a Firuze, la soltó cuando la vio totalmente derecha.

—Ibrahim Pasha- hizo una reverencia.

—Señorita Firuze- dijo con frialdad mientras se disponía a seguir su camino

—¿Busca a la Sultana Hürrem?- dijo con un tono burlón, él se detuvo de inmediato y la miró un tanto confundido.

—Sí, la he estado buscando desde hace un buen tiempo- dijo con tranquilidad aunque él sabía perfectamente porque ella le estaba hablando de la Sultana.

—Esta junto a Rustem Pasha en el jardín, los vi mientras paseaba con la señorita Afife- soltó esperando ver la reacción del Pasha.

Desde hace un tiempo había notado la mirada llena de amor que tenía hacía la Sultana y eso le gustó, el que Ibrahim pudiese enamorar a Hürrem sería beneficioso para ella pues tendría al Sultán a sus pies. Podría darle los hijos que él quisiera y así lo amarraría por siempre.