Dieciséis.

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Hürrem podía sentir a la muerte detrás de ella persiguiendola dando grandes zancadas para llevársela

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Hürrem podía sentir a la muerte detrás de ella persiguiendola dando grandes zancadas para llevársela. Aún no habían señales de vida de Rüstem, eso la mantenía algo inquieta porque conocía la inteligencia de aquel hombre y tenía claro que él sabía lo que había ocasionado su confesión.

Süleyman le había creído sus mentiras pero sabía qué él no era idiota como para no darse cuenta que en su mirada ya no había ni una pizca de amor. Todo eso la estaba orillando a un abismo de desesperación, no había visto ni una sola vez a Ibrahim y eso tampoco ayudaba. Sabía que los dos estaban en la mirada del Sultán y no tendrían escapatoria si la verdad salía a luz, ni Ibrahim, ni sus hijos y mucho menos ella. Una traición se pagaba con la muerte y por mucho que ese hombre la amará su orgullo era más grande y le cortaría la cabeza sin siquiera dudarlo, entonces todos sus enemigos danzarían sobre su sangre y ruina.

Caminó en su habitación mirando a la nada misma, sentía que su corazón estaba en su cuello y no sabía que hacer, deseaba verlo pero todo sería muy peligroso. No podía dar un paso en falso o su cabeza rodaría, debía pensar fríamente cada uno de sus movimientos entonces así podría dejar caer todas esas piezas que estaban estorbando en su camino.

Aún podía sentir el aliento del Pasha sobre su cuerpo, el como temblaba cada vez que lo sentía poseerla y reclamarla como suya, su lengua tibia sobre su piel y sus múltiples orgasmos los cuales llevaban un nombre en específico; Ibrahim. Miro sus manos y notó que estaba temblando, llevaba días así y una parte de ella quería negar lo que ya sabía, tenía claro que significaban muchos de los síntomas que había estado sintiendo hace un par de meses, no llamó a ninguna doctora ni mucho menos dijo lo que ya sabía en voz alta, estaba embarazada.

Tampoco era idiota, sabía que ese bebé no era de Süleyman, las vivas imágenes de Ibrahim sobre su cuerpo, su vaivén perfecto y sus manos sobre sus caderas agarrándola posesivamente solo confirmaba lo obvio, ese hijo era del Pasha. Que locura, solo eso pudo susurrar, tendría un bebé con un hombre casado, el cual estaba con la hermana del sultán y lo que era aún peor, ella era la esposa legítima del gran Sultán Süleyman el magnífico. Había sido infiel y aunque no se arrepentía de nada, el miedo la estaba carcomiendo.

Pero otra parte de ella estaba saltando de alegría. Tendría un hijo con Ibrahim, un hijo el cual estaría afuera de todas esas reglas otomanas, uno que no pertenecería a ese mundo lleno de lujos, a esa jaula de oro y las miles de mentiras que corrían por sus pasillos. Ese ser que se estaba formando dentro de su vientre era un ángel inocente, uno que jamás pertenecería a Süleyman, ese bebé era de ella, solo de ella y de su amado.

Cuando tomó el valor para caminar hacia la puerta para ir a buscar al Pasha esta se abrió dejando ver a Sümbül con una nota entre sus manos, se veía notoriamente nervioso y miraba de vez en cuando hacía la puerta.

Perdón. [Hürren x Ibrahim] Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin