Lista para esto. Fleur y Tonks.

Capítulo 2

   El último partido del mundial de quidditch estaba cada vez más cerca y Tonks no podía estar más emocionada.

Era cierto que no apoyaba a un equipo en específico, pero el deporte le gustaba demasiado. La idea de ver a un grupo de personas sobre sus escobas, lanzando y golpeando pelotas era entretenida, además no es como si existieran tantos deportes en el mundo mágico.

Dos días antes del partido cada lugar mágico en Inglaterra estaba abarrotado de gente. Su idea era ir a un bar y conocer por lo menos a una persona de fuera, sabia de la existencia de algunos lugares un poco más discretos, sitios donde ella podía ser quien quisiera, donde podía ser libre.

Justo en ese momento se encontraba en la barra de su bar favorito, le gustaba ir ahí porque casi siempre había música en vivo, el ambiente siempre contaba con una energía maravillosa. Los magos, brujas y demás que solían visitar el lugar siempre llamaban su atención. Había colores por todos lados, era un gran respiro del mundo mágico tradicional donde solo existían túnicas largas con colores opacos utilizadas por gente con caras largas, definitivamente eso no era para ella.

Algunos pensarían que Tonks, con sus cabellos de colores, sus pequeños y tantos arillos en cada oreja y su peculiar forma de vestir, que en ese momento constaba de unos pantalones negros ajustados con algunas aberturas sobre las rodillas, una ligera camisa de manga corta color verde militar que llevaba los tres primeros botones deliberadamente abiertos y sus típicas botas de combate, no podría encajar en cualquier lugar, tal vez así era, pero en esos momentos estaba en su elemento.

--Cariño tienes que ordenar algo—dijo el barman amablemente—Sé que no te vas a pasar la noche aquí sentada, te conozco más de lo que crees Nymph.

--Créeme, sé que tanto me conoces guapo, lo mismo que yo a ti—soltó la metamorfomaga—y ya que estamos en eso, dime por favor hacia donde debería dirigir mi atención.

-- Hay un pequeño grupo de franceses en la esquina de allá –-Y señaló a un costado del escenario—tal vez hay uno o dos que te llamarán la atención de verdad, son muy guapos todos ellos, llevan una especie de aura encantadora ¡puede ser que haya una veela entre ellos! Siempre quise estar con alguien así, dicen que son muy interesantes en cualquier aspecto romántico.

Y como si fuera una especie de burla comenzó a mover las cejas coquetamente. No podía negarlo, si había algo que le llamaba totalmente la atención en ese grupo, podía sentir su mirada, esos ojos azules y esa belleza no podían ser normales. La había visto en cuanto entró, por eso no había pedido ninguna bebida aún, se había perdido totalmente analizándola de la cabeza a los pies. Era tal vez uno o dos años menor que ella y aun así se notaba muy madura, se movía elegantemente a cada segundo, como si lo tuviera todo estratégicamente planeado para no perder su elegancia. Era hermosa.

Y si, se sintió extraña cuando notó su mirada sobre ella. No es que Tonks no fuera hermosa, porque lo era. Tenía unos rasgos muy finos, un muy buen cuerpo y sin duda su característica simpatía le daba unos puntos extra a su favor. Pero es que si la comparabas con aquella chica simplemente no podías alcanzar su belleza, no creía que nadie en ese lugar pudiera hacerlo.

Se perdió tanto en sus pensamientos que no notó en qué momento ella se había acercado a la barra, fue muy tarde. Los nervios se apoderaron de su ser cuando la sonrisa burlona de la chica se encontraba a menos de un metro de ella.

Pudo notar que era consciente del impacto que ocasionaba en las personas. Pero no decía nada, ninguna lo hacía. Simplemente se dedicaron a mirarse, analizando cada detalle de la otra como si de esa manera pudieran atravesar su alma. Tonks no era tonta, sabía que la chica misteriosa también se había enganchado de ella, sino no se hubiera acercado tanto y no estaría mirándola en esos momentos de la forma en la que lo hacía. ¡Era fantástico! Definitivamente su noche comenzaba muy bien.