Sidney, Dalia y charlize tienen algo en común; la peor de las suertes en el amor.
¿La solución? Mudarse a Madrid juntas
Pronto habrán deseado permanecer con su poca suerte en el amor.
Dicen que en la guerra y el amor todo se vale ¿no?
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SIDNEY KELLER
Empujo la puerta de su despacho sin importarme si hay alguien dentro o si él está ocupado, tengo enojo que descargar y el se merecía que lo hiciera
—No tenias derecho—es lo primero que digo cuando abro su puerta.
—Sidney...lo siento bebi unas copas.
—Y unas mierdas tus copas, Damien—interrumpo sus palabras—. ¿para eso querías intentar ser mi amigo? No creo en tus palabras, no creo en ti, no necesito que me digas mierdas como esas.
—Si no las crees, ¿Por qué reaccionas asi? —se pone de pie y camina hacia mi de una forma que asumo debería hacerme sentir seducida, el problema es que yo no siento nada—. Si no te importaran mis palabras, no estarías aquí, Sidney.
Pongo mi mano en su pecho deteniendo sus pasos antes de que pueda acerarse mas de lo que deseo a mi.
—¿Crees que tengo diez años que me vas a poner nerviosa acercándote a mí? —miro fijamente sus ojos—. Oh lo siento, el contacto visual tampoco funcionara. No me importa lo que quieras decir, no me generas emoción Damien, solo revives una y otra vez el odio que siento por ti y créeme renunciar y volver a desaparecer de tu vida, no sería tan difícil para mí.
—Sidney...lo siento.
—No creo tus palabras, ¿lo de ser amigos? Olvídalo.
—Permiso—dos toques en la puerta llaman nuestra atención, Clara está de pie viéndonos confundida—. Sidney, un chico llamado Aiden está aquí.
—Princesa, soy yo.
Oh dios dame paciencia.
—¿Qué hace aquí?
—¿Lo conoces? —Clara le pregunta a Damien.
—Es su novio.
—¿No estabas muy cerca de otro hombre para tener novio, Sidney?
—¿No hablas mucho cuando nadie te ha pedido tu opinión, Clara? —observo a Aiden en la puerta de la oficina viéndome con diversión.
—Necesito tu asesoría para una situación, amor.
¿Amor? Quiero vomitar.
—Bien, vamos a mi oficina...
—No—Damien se apresura a hablar deteniendo mis pasos—. Necesito que revises el caso de Luis Lux, porfavor.
—Yo no estoy a cargo de ese caso, Damien.
—Yo soy tu jefe y ahora estas a cargo.
—Mi jefe es Vincent—le recuerdo—. De todas formas, puedo ayudar a Aiden y revisar el caso.
—No es muy extenso, yo ayudare a tu novio, tu revisa el caso.
—¿Por qué no te sientas, Clara te trae un café y yo reviso el caso y atiendo a Aiden?