Enamórate En Madrid [#1]

14. Memorias Dañadas

CHARLIZE YORK

Un nuevo mensaje trae consigo recuerdos dañados de lo que trato de olvidar cada día.

Luciana me abre la puerta con la sonrisa que siempre me ha entregado cuando voy a su casa, se algo cansada.

—Perdóname, acabo de llegar de hacer las compras.

—No te preocupes—sonrió—. ¿quieres ayuda?

—No, no Charlize, no te preocupes.

—Tranquila, asi terminaras más rápido.

La sigo hasta la cocina y comienzo a ordenar las compras en las alacenas, ya sabía a la perfección en donde iba cada cosa, hace un año nos conocíamos, y desde el primer día Luciana ha sido un amor conmigo, lo cual siempre agradeceré, mi mayor miedo era que mi propia suegra me odiara.

Marco dice que en ocasiones ella me quiere mas a mi que a su propio hijo, aunque ella siempre ha dicho que se debe a la falta de una hija mujer, tuvo solo tres hijos varones y siempre quiso una niña. Eran una familia de buenos valores.

—Muchas gracias Charlize, en verdad—Luciana me sonríe y me entrega dos vasos con jugos—. Para ti y para Marco, ese niño ni se ha enterado que estas acá, seguro está viendo alguna película o algo.

—Es lo mas probable, ni siquiera me contesto los mensajes—rio—. Bien, subiré.

—Ve, muchas gracias.

—No es nada.

Con una sonrisa me alejo de la cocina y comienzo a subir las escaleras, es extraña la forma en la que mi pecho comienza a sentirse apretado, como si tuviera nervios, algo que era extraño, siempre venia a casa de Marco, mamá a veces dice que vivo más aquí que en nuestra casa.

Ignoro esa extraña sensación en mi pecho y sigo subiendo las escaleras hasta detenerme en la puerta de Marco, hago malabares con ambos vasos para lograr abrir la puerta, pero cuando lo hago entiendo que la sensación de mi pecho no era algo que ignorar.

Cuando los vasos caen al piso es cuando notan que la puerta fue abierta, cuando notan mi presencia.

—¿Charlize?

El dolor en mi pecho no eran nervios, no era un sentimiento desconocido.

De pronto vuelvo a ser esa niña en la escuela que tiene miedo, esa niña a la que le rompieron el corazón. de pronto todo vuelve a sentirse igual.

Intento abrir mi boca y decir algo, pero no puedo, ¿Qué debo decir? Esto es mi culpa, siempre pasa...esto ya ha sucedo antes.

No pienso claramente cuando mis pies actúan por si solos y doy media vuelta para luego correr escaleras abajo, sé que Luciana vendrá a ver que sucedió con los vasos, pero solo pienso en salir de esta casa. En la calle, sintiendo que me falta el aire y con el pecho apretado trato de conseguir un Uber