Diez mil años en el futuro, jinetes exploradores deben viajar al pasado a buscar recursos de energía para sus motores que les permiten mantener su civilización estable.
La orden que se le es dada es viajar al pasado, 3700 años después de que la tie...
La civilización inteligente se mantenía atenta a los movimientos de la mujer en la nave, nadie decía nada, incluso el bicolor que había hablado aún no salía de su asombro, ¿es real lo que ven o alguien puso hongos alucinógenos en la comida?. Rodando los ojos, volvió a abrir la compuerta para así poder ingresar a su nave, cerró el vidrio y sentándose en su lugar, tomó los manubrios de su nave para hacerlo dar la vuelta e irse a una dirección X. Antes de irse, presionó un botón y un flash salió de afuera de la nave, otra fotografía había sido tomada por ella para enviarlo a reporte. La mayoría se cubrió los ojos, aquello era nuevo para todos, pero para dos no lo era. Cuando dejaron de cubrirse el rostro, se enderezaron y cuando recobraron la vista, observaron como aquella nave se iba alejando, se había ido.
La sonrisa de lado de aquel bicolor se hizo presente, esa chica no iría a muy lejos, estaba seguro, pero debía pensar una forma de acercamiento seguro sin que ella quiera usar sus armas tecnológicas contra ellos. Mientras piensa, observa al otro bicolor de la era moderna pasada, haciendo que una idea se le venga.
- Asagiri.
-Uh?. -da vuelta su rostro para enfocar su mirada en el bicolor, aunque pronto comenzó a negar rápidamente- No no no no! Yo no pienso ir!. Senkū, si tu quieres hablar, ve tú, yo no, me da miedo esa mujer.
-Oh vamos, no es para tanto. -sonrie de lado- solo es una pequeña platica mientras que Chrome y yo sacamos unas partes de su nave, ok?. Hay muchas cosas en esa nave que nos serviría un montón.
Gruñendo, se cruzó de brazos y desvió la mirada, no quería hacerlo, no iba a ir a buscar a una chica que monta una extraña nave solo por los deseos locos y científicos de Senkū. Tanto el mencionado y el castaño oscuro, se pusieron uno al lado del otro, optando tener una mirada de cachorro abandonado, aunque de tierno no tenían nada; Gen se sigue negando y más aún cuando vio los rostros de "suplica" de ambos, le estaban dando pavor en vez de convencerlo.
De verdad que no quiere ir.
A varios kilómetros de ahí, la nave poco a poco va desacelerando, pues el aviso de una cueva en las condiciones necesarias para su estadía estaba en su pantalla. Maniobrando levemente, la nave poco a poco fue bajando hasta estar a una altura de cuatro o cinco metros del suelo; la entrada a la cueva es bastante grande, por ende no habría problema con entrar con su nave y todo. Lentamente fue ingresando a dicho lugar, observando las formaciones en todos estos años, sin embargo el camino marcado que le da la computadora, poco a poco le fue siguiendo hasta llegar a una cúpula enorme de aire, aunque bueno, con los años empezó a tener orificios por donde la luz ingresa, permitiendo así que la vida que se encuentra en ese lugar, resurja de entre las cenizas.
Y al parecer el lugar que ha encontrado donde poder habitar.
Es uno de esos lugares preservados por el tiempo y la naturaleza.
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La primera noche en ese lugar fue bastante fría, incluso a pesar de dormir dentro de la nave, el frío está presente hasta por los huesos, la lanza no solo había dañado el mecanismo de sigilo, de paso mandó al carajo la calefacción, por culpa de ello tuvo que dormir con bajo cero, moría de frío pero pudo descansar bien.
