LXXI

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Al llegar a casa el siguiente día, Brendon no se salvó de ser sermoneado por su madre por no avisarle que no llegaría a dormir. Esta vez no lo recibió con golpecitos, miradas severas o los brazos cruzados, más que nada porque parecía estar ocupada en la cocina —probablemente preparando el desayuno o tal vez limpiando los platos sucios que había dejado al terminar—, pero sí mantuvo las manos en la cintura cuando salió de ahí para verlo y reclamarle.

— Lo siento, mi cabeza estaba en otro lado como para pensar en llamarte. — Había sido la respuesta del más joven.

— No me interesa si tenías la cabeza entre sus piernas, no es muy difícil parar un momento para tomar el teléfono y escribir un breve, pero conciso mensaje. — Ella lo siguió al interior de la cocina y antes de que el chico llegara al refrigerador, se detuvo en seco y dio una vuelta de ciento ochenta grados hasta dejar ver su cara enrojecida y el entrecejo arrugado.

— No pasó eso. — Sintió la necesidad de aclararlo a pesar de que sabía que sería poco convincente en esta situación. — Si no lo crees, me da igual, pero hablo enserio cuando digo que estuve muy ausente mentalmente. — Entonces abrió la nevera y sacó una botella de agua.

— ¿Fue por la mamá de Dallon otra vez? — Intentó investigar la mayor, apoyando su hombro en el marco de la entrada.

— No. — Contestó el otro sin mirarla y procedió a darle un par de tragos a la botella que sostenía en manos luego de destaparla. Grace esperó a que pasara el fresco líquido por su garganta para saber el motivo de su previo comportamiento. Y finalmente lo escuchó. — La visita a casa del señor Weekes resultó bien, mejor de lo que esperaba, en realidad. Su esposa nunca se apareció. Después de eso, Dall me llevó a su casa y comimos juntos. — Una extensa pausa y luego otro trago.

— ¿Qué sucedió ahí?, ¿te hizo algo? — La mujer perdió la seguridad en su postura, incorporándose con la espalda recta, los hombros tensos y una mirada de preocupación. No obstante, ver a su hijo negando fue una señal para que ella no cediera ante sus impulsos de buscar al hombre ojiazul, arrastrarlo por todo el camino hasta llegar a esa cocina y hacerlo disculparse con su Brenny de rodillas. — Entonces dime qué ocurrió realmente. — Insistió, la intriga la carcomía vivía.

Brendon, por su parte, ideó una forma de decir aquello sin empeorar el estado de la otra. No quería mencionar a aquel tipo, mucho menos frente a esta mujer, sabía que ella lo odiaba tanto como él, o quizá más. Los sentimientos de una madre siempre eran complejos, sobre todo para una que, como la señora Urie, se sentía indigna de ese papel.

Para minimizar el impacto de lo siguiente, el azabache alzó un hombro y bajó la mirada.

— Sólo tuve algunos malos recuerdos y Dallon me ayudó a salir de eso, es todo. — Y lo que hubo entre esas dos cosas había sido lo más pesado y difícil de lidiar. Odiaba esos breves episodios y cómo éstos lo cegaban, haciéndolo perder de vista a su novio por cierto tiempo y apartándolo del mundo real. Al menos estando cerca de Dallon la transición del pasado al presente era más rápida, lo cual era más que un alivio. — Incluso faltó al trabajo para quedarse conmigo todo el día porque sabía que lo necesitaba.

— ¡Pudiste avisarme! — Repitió la castaña y dio un paso al frente, tratando de entrar al panorama de su propio hijo quien, obviamente, pensaba en nadie más que su pareja de ojos azules. — Cuando necesites a alguien, quiero que también pienses en mí, ¡soy tu madre! ¿Por qué no me buscas en esas circunstancias?

— Porque no quiero romperte, — Respondió Brendon de lo más tranquilo, dejando a la otra muda por sus palabras. — pues sé que eres casi tan frágil como yo. Aunque te esfuerces por ocultarlo o hacer creer lo contrario, yo te conozco bien. Tan sólo... confía en mí cuando te digo que estoy mejor, ¿sí? Porque enserio lo estoy. — Sin más ánimos de continuar con el tema, el Urie menor devolvió la botella semi-vacía al interior de la nevera y caminó fuera de la cocina hacia el pasillo que lo conduciría a su habitación.

East Wind •• BrallonWhere stories live. Discover now